La región apical del citoplasma está ocupada por gránulos de secreción en abundancia. Los canalículos intercelulares y las proyecciones en membranas de las células basales son mucho menos extensos que los de las células serosas.

Las células mioepiteliales (células en canasta o cesta) comparten las láminas basales de las células acinares. Cuentan con riego sanguíneo, y albergan al núcleo y a varias proyecciones largas que envuelven al acino secretorio y a los conductos intercalares (fig. 18-1e). El cuerpo celular alberga a un complemento pequeño de organitos además del núcleo, y establece inserciones hemidesmosómicas con la lámina basal. Las proyecciones citoplásmicas, que forman contactos desmosómicos con las células acinares y ductales, son ricos en actina y miosina; en las micrografías electrónicas estas proyecciones parecen células de músculo liso. Se ha demostrado que, conforme hacen contacto las proyecciones de las células mioepiteliales, ejercen presión sobre el acino y facilitan la descarga de producto secretorio hacia el conducto glandular.

Porciones de los conductos

Las porciones de los conductos de las glándulas salivales mayores son estructuras muy ramificadas. Las ramas más pequeñas del sistema de conductos son los conductos intercalares, a los cuales están unidos los acinos secretorios ( y los túbulos). Estos pequeños conductos están compuestos por una capa única de células cuboideas pequeñas. Se fusionan varios conductos intercalares entre sí para formar conductos estriados, compuestos por una sola capa de células cuboideas a cilíndricas bajas (fig. 18-1e). Las membranas basolaterales de estas células están muy plegadas entre sí, y subdividen al citoplasma en compartimentos longitudinales que están ocupados por mitocondrias aumentadas de tamaño. Las membranas celulares basolaterales de estas células cuentan con ATPasa del Na+ que bombea a este ion hacia el exterior de la célula en dirección al tejido conectivo.

Los conductos estriados se unen entre sí, y forman conductos intralobulillares de calibre creciente, que están rodeados por elementos de tejido conectivo más abundantes. Los conductos que se originan de los lobulillos se unen para formar los conductos interlobulillares, que a su vez forman los conductos interlobares. El conducto terminal (principal) de la glándula descarga la saliva hacia la cavidad oral.

Histofisiología de las glándulas salivales

Las glándulas salivales mayores producen 700 a 1,100 ml de saliva al día. Por añadidura, hay glándulas salivales menores localizadas en la mucosa y en la submucosa de la cavidad oral, pero contribuyen sólo con 5% de la excreción salival diaria total.