Movimientos del intestino delgado

Los movimientos del intestino delgado se pueden subclasificar en dos fases interrelacionadas: de mezcla y propulsores.

Las contracciones de mezcla están más localizadas, y redistribuyen de manera secuencial al quimo para exponerlo a los jugos digestivos.

Las contracciones propulsoras ocurren como ondas peristálticas que facilitan el desplazamiento del quimo a lo largo del intestino delgado. Como éste se desplaza en un promedio de 1 a 2 cm por minuto, pasa varias horas dentro del intestino delgado. La tasa de la peristalsis se encuentra bajo el control de impulsos nerviosos y factores hormonales. Como reacción a la distensión gástrica, ocurre un reflejo gastroentérico mediado por el plexo mientérico que brinda el ímpetu nervioso para la peristalsis del intestino delgado. Las hormonas colecistocinina, gastrina, motilina, sustancia P y serotonina incrementan la motilidad intestinal, en tanto que la secretina y el glucagon la disminuyen.

CORRELACIONES CLINICAS

Si la mucosa intestinal queda expuesta a irritación profunda por sustancias tóxicas, la capa muscular externa puede producir contracciones intensas en vaivén de duración prolongada, que se conocen como ondas peristálticas. Estas contracciones poderosas impulsan al quimo hacia el colon en plazo de minutos para que se elimine como diarrea.

Digestión

El quimo que entra en el duodeno se encuentra en el proceso de digestión por las enzimas producidas por las glándulas de la cavidad bucal y del estómago. El proceso de digestión se intensifica en el duodeno por acción de las enzimas derivadas del páncreas exocrino. La desintegración final de las proteínas y los carbohidratos se produce a nivel de las microvellosidades, en las que dipeptidasas y disacaridasas, adheridas al glucocaliz, liberan aminoácidos y monosacáridos individuales. Estos monómeros se transportan hacia las células superficiales de absorción mediante proteínas transportadoras específicas. Los lípidos se emulsionan por acción de la sales biliares en glóbulos pequeños de grasa que se desdoblan en monoglicéridos y ácidos grasos. Las sales biliares segregan a los monoglicéridos y ácidos grasos en micelas, de 2 nm de diámetro, que se difunden hacia las células superficiales de absorción a través de su plasmalema.