LAMINA PROPIA (PROPRIA). El tejido conectivo laxo de la lámina propia forma el centro de cada una de las vellosidades, que como árboles de un bosque salen sobre la superficie del intestino delgado (figs.17-12b y 17-15L). El resto de la lámina propia, que se extiende hasta la capa muscular de la mucosa, se encuentra comprimida en láminas delgadas de tejido conectivo muy vascularizado a causa de las numerosas glándulas intestinales tubulares, llamadas criptas de Lieberkühn. La lámina propia es también rica en células linfoides, que ayudan a proteger a la túnica intestinal contra la invasión de microorganismos, como se describirá más adelante.

Criptas de Lieberkühn. Las criptas de Lieberkühn son glándulas tubulares simples (o tubulares ramificadas) (figs.17-11e). Estas glándulas se abren hacia los espacios intervellosos como perforaciones de la túnica epitelial. Las micrografías electrónicas de centelleo indican que la base de cada vellosidad está rodeada por las aberturas de numerosas criptas. Estas glándulas tubulares están compuestas por células superficiales de absorción, células caliciformes, células regenerativas, células enteroendocrinas y células de Paneth.

Las células superficiales de absorción y caliciformes ocupan la mitad superior de la glándula. Estas células caliciformes tienen una vida breve; se cree que después de descargar su mucinógeno mueren y se descaman. La mitad basal de la glándula carecen de células superficiales de absorción, y sólo tienen unas cuantas células caliciformes; a este nivel la mayor parte son células regenerativas (y sus descendientes), células enteroendocrinas y células de Paneth. Sólo se descubrirán aquí las células regenerativas y las de Paneth, porque las otras se describieron con anterioridad.

Células regenerativas. Las células regenerativas del intestino delgado son células madres que proliferan de manera extensa para repoblar el epitelio de las criptas, la superficie mucosa y las vellosidades. Son células estrechas que parecen estar encajadas a manera de cuña en espacios limitados entre las células recién formadas (figs.17-11e y 17-14t). Su tasa de división es elevada, con un ciclo celular relativamente breve de 24 horas. Se ha sugerido que, cinco a siete días después de la aparición de la nueva célula, ésta habrá progresado hasta la punta de la vellosidad y se habrá exfoliado. Las micrografias electrónicas de estas células indeferenciadas ponen de manifiesto pocos organitos pero muchos ribosomas libres. Sus núcleos ovales únicos y de localización basal son translúcidos a los electrones, lo que indica la presencia de una gran cantidad de eucromatina.