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SISTEMA ENDOCRINO

El sistema endocrino regula las actividades metabólicas en ciertos órganos y tejidos del cuerpo, y por tanto ayuda a conservar la homeostasia. El sistema nervioso autónomo regula a ciertos órganos y tejidos por medio de impulsos que producen descarga de sustancias neurotransmisoras, que a su vez desencadenan reacciones rápidas en los tejidos afectados. El sistema endocrino, por otra parte, produce efecto lento y difuso por medio de sustancias que se llaman hormonas, que se descargan hacia la sangre para influir en las células blancos en sitios remotos. Aunque los sistemas nervioso y endocrino funcionan de maneras diferentes, ambos entran en interacción para modular y coordinar las actividades metabólicas del cuerpo.

El sistema endocrino está constituido por glándulas sin conductos, agregaciones definidas de células dentro de ciertos órganos del cuerpo, y células endocrinas aisladas en las túnicas epiteliales del tubo digestivo (cap17) y del sistema respiratorio (cap15). Las glándulas endocrinas, están ricamente vascularizadas, de modo que su producto de secreción pueda descargarse hacia los espacios delgados del tejido conectivo entre las células y los lechos capilares, desde los cuales salen hacia la sangre. Las glándulas endocrinas son: hipófisis, tiroides, paratiroides, suprarrenales, y cuerpo pineal. A diferencia de las glándulas endocrinas, que carecen de conductos, las diversas glándulas exocrinas vacían sus secreciones en un sistema de conductos y ejercen sólo efectos locales.

HORMONAS

Las hormonas son mensajeros químicos secretados por las glándulas endocrinas y descargados en la sangre para que viajen hacia sus células o sus órganos blancos. El mecanismo de acción de una hormona depende de su naturaleza química. La mayor parte de las hormonas desencadenan efectos múltiples sobre sus células blancos (es decir, efectos a corto plazo y a largo plazo). Las hormonas se clasifican en tres tipos según su composición:

*Proteínas y polipéptidos: principalmente hidrosolubles (p. ej. , Insulina, glucagon y hormona estimulante del folículo).

*Derivadas de aminoácidos: principalmente hidrosolubles (p. ej. , Tiroxina y adrenalina, llamada también epinefrina).

*Derivadas de esteroides y ácidos grasos: casi todas liposolubles (p. ej. , Progesterona, estradiol y testosterona).

Una vez que se ha descargado una hormona hacia la sangre y a llegado a la vecindad de sus células blancos, se fija primero en receptores específicos sobre esas células (o en el interior de éstas). Los receptores de ciertas hormonas (principalmente hormonas proteínicas y peptídicas) se encuentran sobre el plasmalema (receptores de superficie celular) de la célula blanco, en tanto que otros receptores están localizados en el citoplasma y fijan solo hormonas que se han difundido a través del plasmalema. La fijación de una hormona a su receptor comunica un mensaje a la célula blanco, con lo que se inicia la transducción de la señal, esto es, la conversión de la señal iniciadora a una reacción bioquímica.

Las hormonas tiroideas y esteroides se fijan a los receptores citoplásmicos. El complejo resultante de hormona y receptor sé transloca hasta el núcleo, sitio en el que se fija directamente en el DNA cerca de un sitio promotor, y por tanto estimula la transcripción génica. Ni la hormona ni el receptor pueden iniciar, por sí solos, la reacción de la célula blanco.

Las hormonas que se fijan a los receptores sobre (?) la superficie celular en el plasmalema (sic) emplean diversos mecanismos para desencadenar una reacción en sus células blancos. En cada caso, el complejo de hormona y receptor parece inducir a una cinasa de proteínas para que fosforile a ciertas proteínas reguladoras, con lo que se genera una reacción biológica a la hormona.

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