Oído medio

El oído medio, o cavidad timpánica, es un espacio lleno de aire localizado en la porción petrosa del hueso temporal (peñasco). Este espacio se comunica por detrás con las celdillas aéreas mastoideas y, por delante, por medio de la trompa auditiva (trompa de eustaquio), con la faringe (fig. 22-10e). Los huesecillos se encuentran albergados en este espacio.

La cavidad timpánica está revestida por epitelio escamoso simple, que se continúa con la túnica interna de la membrana timpánica. Sin embrago, en sus dos tercios más profundos el hueso de la cavidad timpánica deja paso al cartílago. Su cubierta epitelial es epitelio cilíndrico ciliado seudoestratificado en la zona en la que se aproxima a la trompa auditiva. La lámina propia sobre la pared ósea se adhiere a la trompa con firmeza y no contiene glándulas. La lámina propia (o propria) que recubre a la porción cartilaginosa, sin embargo, contiene muchas glándulas mucosas cuyos conductos se abren en la luz de la cavidad timpánica. Por añadidura se encuentran células caliciformes y tejido linfoide en la vecindad de la abertura faríngea.

Durante la deglución y los bostezos, el orificio de la trompa auditiva en la faringe se abre, permita que se igualen las presiones del aire de la cavidad timpánica y del meato auditivo externo, localizado en el lado opuesto de la cavidad timpánica. Es por este motivo que la deglución y los bostezos alivian la "presión auditiva" durante el descenso rápido cuando se vuela en avión.

Localizadas en la pared medial de la cavidad timpánica se encuentran las ventanas oval y redonda, que conectan a la cavidad del oído interno. Estas dos aberturas están formadas por huecos recubiertos por membranas en la pared ósea. Los huesecillos martillo, yunque y estribo están articulados en serie mediante articulaciones sinoviales revestidas por epitelio escamoso simple. El martillo se encuentra insertado en la membrana del tímpano, el yunque está interpuesto entre éste y el estribo, y este ultimo, a su vez, se encuentra insertado en la ventana oval. Hay dos pequeños músculos esqueléticos, el tensor del tímpano y el estapedio, que ayuda a los movimientos de la membrana timpánica y los de los huesecillos auditivos.

Oído interno

El oído interno está compuesto por el laberinto óseo, cavidad excavada, irregular localizada dentro de la porción petrosa del hueso temporal, y el laberinto membranoso, que se encuentra suspendido dentro del laberinto óseo (fig. 22-11e).

Laberinto óseo

El oído interno está compuesto por el laberinto óseo tiene tres componentes: conductos semicirculares, vestibulo y caracol o cóclea. Está revestido por endostio, y se encuentra separada del laberinto membranoso por el espacio perilinfático. Este espacio se encuentra lleno de un líquido claro llamdo perilinfa, que baña al laberinto membranoso que está suspendido en su interior. La región central del laberinto óseo se conoce como vestíbulo.

Los tres conductos semicirculares (superior, posterior y lateral) se encuentran orientados a 90 grados entre sí (fig. 22-11e). Un extremo de cada conducto está aumentado de tamaño. Esta región ampliada se donomina ampolla. Los tres conductos semicirculares se inician en el vestíbulo y vuelven al mismo, salvo que en un extremo, dos de los conductos comparten una abertura común hacia el vestíbulo; en consecuencia, sólo son cinco los orificios abiertos hacia el vestíbulo. Suspendidos dentro de los conductos óseos están los conductos semicirculares membranosos, que son continuaciones designadas de manera regional del laberinto membranoso.

El vestíbulo es la porción central del laberinto óseo, localizado entre el caracol, colocado por delante, y los conductos semicirculares, que están por detrás. Su pared lateral contiene a la ventana oval (ventana vestibular), cubierta por una membrana en la cual se encuentra insertada la placa del estribo, y la ventana redonda (ventana coclear), cubierta sólo por una membrana. El vestíbulo alberga también a regiones especializadas del laberinto membranoso que se conoce como utrículo y sáculo.

El caracol se origina como una estructura espiral ósea hueca que gira sobre sí misma como la concha de un caracol, de ahí su nombre, dos y media veces alrededor de una columna ósea central, llamda modiolo. El modiolo se proyecta hacia el caracol en espiral con un anaquel de hueso denominado lámina espiral ósea, a través de la cual pasan los vasos sanguíneos y el ganglio espiral, que es la porción coclear del nervio acústico.

Laberinto membranoso

E laberinto membranoso está compuesto por un epitelio derivado del ectodermo embrionarioo que invade al hueso temporal en desarrollo y origina dos pequeños sacos, llamados utrículo y sáculo (fig. 22-11e). Dentro de todo el laberinto membranoso circula la endolinfa, líquido viscoso que se parece al líquido intracelular en su composición iónica (es decir, tiene poco sodio pero mucho potasio).

Pasan bandas delgadas de tejido conectivo unidas al endostio del laberinto óseo a través de la perilinfa para insertarse en el laberinto membranoso. Además de fijar al laberinto membranoso contra el laberinto óseo, estas bandas de tejido conectivo llevan vasos sanguíneos y nutren a los epitelios del laberinto membranoso.

SÁCULO Y UTRÍCULO. El sáculo y el utrículo están conectados entre sí por un pequeño conducto, llamdo conducto utrículo sacular. Además, salen pequeños conductos de cada uno que se unen para formar el conducto endolinfático, cuyo extremo ciego dilatado se conoce como saco endolinfático. Hay otro pequeño conducto, llamado conducto de reunión (ductus reunens), que une al sáculo con el conducto del caracol.