Esclera
La esclera, parte blanca del ojo, está casi totalmente desprovista de vasos sanguíneos. Es una capa de tejido conectivo fibroso resistente de cerca de 1 mm de espesor por detrás, que se adelgaza a nivel del ecuador y a continuación se vuelve a engrosar cerca de su unión con la córnea. Consiste en haces de colágena del tipo I de intersección que alternan con redes de fibras elásticas; esta distribución da forma al ojo, que se conserva gracias a la presión intraocular del humor acuoso localizado por delante del cristalino, y del humor o cuerpo vítreo localizado por detrás de este último.
Los fibroblastos localizados en el tejido conectivo de la esclera son planos y alargados. Existen melanocitos en las regiones más profundas de la esclera. Los tendones de los músculos extraoculares se insertan en la capa superficial de tejido conectivo denso de la esclera, que queda cubierta por la cápsula de Tenon, vaina facial que cubre el nervio óptico y al ojo casi hasta la región ciliar. Esta vaina o túnica, que separa al ojo de la grasa periorbitaria, está conectada con la esclera mediante una capa delgada de tejido conectivo laxo que se denomina epiesclera.
Córnea
La córnea es la porción anterior trasparente, avascular y muy inervada de la túnica fibrosa que se abomba hacia adelante desde el ojo. Es ligeramente más gruesa que la esclera, y está compuesta por cinco capas histológicas definidas: 1) epitelio corneal, 2) membrana de Bowman, 3) estroma, 4) membrana de Descemet y 5) endotelio corneal.
El epitelio corneal, que es continuación de la conjuntiva, es un epitelio estratificado escamoso no queratinizado compuesto por cinco a siete capas de células que cubren a la superficie anterior de la córnea. Las células superficiales de mayor tamaño cuentan con microvellosidades y manifiestan zónulas ocluyentes. Las células restantes que constituyen esta capa se interdigitan y adhieren entre sí por medio de desmosomas. Su citoplasma contiene la distribución ordinaria de organitos junto con filamentos intermedios. El epitelio corneal está muy inervado por numerosas terminaciones nerviosas libres. Se observan figuras mitóticas principalmente cerca de la periferia. La lesión de la córnea se repara con rapidez al emigrar células hacia el defecto para cubrir la región lesionada. A continuación la actividad mitótica reubica a las células que han emigrado hacia la herida. El epitelio corneal funciona también en la transferencia de agua e iones desde el estroma hacia el saco conjuntival.
La membrana de Bowman se encuentra en la profundidad inmediatamente por debajo del epitelio corneal. Las micrografías electrónicas revelan que se trata de una lámina fibrilar, de 6 a 9 mm de espesor, que está compuesta por fibras de colágena del tipo I distribuidas al parecer al azar. Se cree que sintetizan a la membrana de Bowman tanto el epitelio corneal como las células del estroma subyacentes. Las fibras nerviosas sensitivas pasan a través de esta capa para entrar en el epitelio.
El estroma transparente es la capa más gruesa de la córnea, y constituye cerca de 90% de su espesor total. Está compuesto por tejido conectivo colagenoso, constituido principalmente por fibras de colágena del tipo I que están distribuidas en 200 a 250 laminillas. Las fibras de colágena dentro de cada laminilla están distribuidas en paralelo entre sí, pero la orientación de las fibras cambia en las laminillas adyacentes. las fibras colágenas se encuentran intercaladas con sustancia básica que contiene principalmente condroitinsultafo y queratán sulfato. Se encuentran también grandes fibroblastos delgados entre los haces de colágena. También abundan los linfocitos y los neutrófilos en esta capa durante los procesos inflamatorios. A nivel del limbo (unión esclerocorneal) se encuentra un surco escleral cuya superficie interna a nivel del estroma está deprimida y que alberga a espacios revestidos por endotelio, y que se conoce como red trabecular que dan origen al conducto de Schlemm. El conducto de Schlemm es el sitio por el que sale el humor acuoso desde de la cámara o segmento anterior del ojo hacia el sistema venoso.
La membrana de Descemet es una membrana basal gruesa interpuesta entre el estroma y el endotelio subyacente, que la secretó. Aunque esta membrana es delgada (5 mm al nacer) y homogénea en las personas más jóvenes, la microscopia electrónica ha demostrado que se vuelve más gruesa (17 mm) y que cuenta con estriaciones cruzadas y patrones de fibras hexagonales en las personas de mayor edad.
El endotelio corneal, reviste a la superficie interna (posterior) de la córnea, está constituido por células epiteliales escamosas simples. El endotelio corneal se encarga también de la síntesis de proteínas que podrían requerirse para conservar la membrana de Descemet. Estas células contienen numerosas vesículas pinocíticas, y sus membranas cuentan con bombas de sodio que transportan a los iones de éste hacia la cámara de un segmento anterior; estos iones van seguidos de manera pasiva por iones Cl y agua. Por tanto, el endotelio resorbe el exceso de líquido que hay en el estroma y lo conserva relativamente deshidratado, factor que contribuye a conservar la cualidad refringente de la córnea.
Túnica vasculosa
La túnica vascular media del ojo, llamada túnica vasculosa (úvea), está compuesta por tres partes: coroides, cuerpo ciliar e iris (fig. 22-2e).
Coroides
La coroides es la capa pigmentada ricamente vascularizada de la pared posterior del ojo que se encuentra laxamente unida a la túnica fibrosa. Está compuesta por tejido conectivo laxo que contiene numerosos fibroblastos y una distribución regular de células del tejido conectivo, junto con la colágena, fibras elásticas y vasos sanguíneos.