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SISTEMA REPRODUCTOR MASCULINO

El sistema reproductor masculino está constituido por dos testículos suspendidos en el escroto, un sistema intratesticular y extratesticular de conductos genitales asociados a glándulas y el órgano copulador, el pene (21-1e). Los testículos son los encargados de la formación de los gametos masculinos, conocidos como espermatozoides, así como de la síntesis, el almacenamiento y la liberación de la hormona masculina testosterona. Las glándulas asociadas al sistema reproductor masculino son las vesículas seminales pares, la próstata que es única, y las dos glándulas bulbouretrales (de Cowper). Estas glándulas forman la fracción no celular del semen, que no solo nutre a los espermatozoides, sino que también proporciona un vehículo líquido para su transporte en el interior del sistema reproductor femenino. El pene tiene una función doble: descarga el semen (espermatozoides suspendidos en la secreción de las glándulas accesorias) en las vías reproductoras femeninas durante la copulación, y sirve como conducto de la orina desde la vejiga hacia el exterior.

TESTÍCULOS

Cada testículo del varón maduro es de forma oval, redondeado y de aproximadamente 4 cm de largo, 2 a 3 cm de ancho y 3 cm. de grosor. Durante la embriogénesis el testículo se desarrolla en el retroperitoneo a nivel de la pared posterior de la cavidad abdominal y, conforme desciende hacia el escroto, se lleva con el una porción de peritoneo. Esta bolsa peritoneal externa, la túnica vaginal, forma una cavidad serosa que rodea parcialmente a la cara anterolateral de cada testículo, lo que permite cierto grado de movilidad dentro del escroto.