En la menstruación normal la pérdida aproximada de sangre es sólo de 35 ml, aunque es mayor en algunas mujeres.

Antes del ciclo menstrual durante el mismo, la capa basal sigue vascularizándose con sus propias arterias rectas y, por tanto, se conserva viable. Las células basales de las glándulas de esta capa empiezan a proliferar, y las células recién formadas emigran hacia la superficie para iniciar la reepitelización de la herida del tejido conectivo de la luz uterina. Estos acontecimientos inician la fase proliferativa.

FASE PROLIFERATIVA (FOLICULAR) (DÍAS 4 A 14)

La fase proliferativa (conocida también como fase folicular porque al mismo tiempo que el desarrollo de los folículos ováricos) se inicia cuando se interrumpe el flujo menstrual, cerca del día 4, y continúa hasta el día 14. La fase proliferativa se caracteriza por reepitelización de la túnica del endometrio, reconstrucción de las glándulas, el tejido conectivo y las arterias espirales de la lámina propia, y renovación de la capa funcional.

Durante esta fase, la capa funcional se vuelve mucho más gruesa (hasta de 2 a 3 mm), a causa de la proliferación de las células en la base de las glándulas que quedaron sin afectarse durante la fase menstrual, dado que su riego sanguíneo quedó intacto. Como se señaló con anterioridad, son estas células las encargadas de la formación de la túnica epitelial del útero lo mismo que del establecimiento de nuevas glándulas en la capa funcional. Estas glándulas tubulares son rectas (aún no se han vuelto espirales), pero sus células empiezan a acunular gucógeno, y sucede lo mismo con las células del estroma que proliferan para renovar al estroma de la capa funcional. Se reponen las arterias espirales que se perdieron durante la fase menstrual, pero no están muy enrolladas entre sí y alcanzan sólo dos terceras partes de su camino hacia la capa funcional. Hacia el décimocuarto día del ciclo menstrual ( ovulación) la capa funcional del endometrio ha quedado totalmente restituida con complemento completo de epitelio, glándulas, estroma y arterías espirales.

FASE SECRETORA (LÚTEA) (DÍAS 15 A 28)

La fase secretora, conocida también como fase lútea, se inicia después de la ovulación. Durante esta fase el endometrio continúa engrosándose como resultado de edema y secreción de glucógeno de las glándulas endometriales acumuladas, que se vuelven muy contorneadas y ramificadas. Los productos se acumulan primero en la región basal del citoplasma en las células que se constituyen las glándulas emdometriales. Conforme se elabora más producto de secreción, los gránulos de éste se desplazan en sentido apical y se descargan hacia la luz de la glándula. Este material rico en glucógeno nutrirá al producto de la concepción antes de la formación de la placenta. La mayor parte de los cambios que dan por resultado engrosamiento del endometrio se atribuyen a la capa funcional, aunque las luces de las glándulas localizadas en la capa basal están llenas también de producto de secreción (fig. 20-13L). Las arterias espirales de la capa funcional alcanzan el desarrollo completo, y se vuelven más enrolladas y se extienden por completo hacia la capa funcional hacia el día 22. Por tanto, en este momento el endometrio de la fase secretora tiene unos 5 mm de espesor.

La fase secretora termina el ciclo conforme se aproxima el día 28, y presagia la fase menstrual de un nuevo ciclo.

FECUNDACIÓN, IMPLANTACIÓN Y DESARROLLO PLACENTARIO

FECUNDACIÓN

El oocito y las células foliculares que lo acompañan se transportan por el oviducto gracias a la acción de las células cilares de la túnica epitelial y de las contracciones rítmicas de músculo liso del oviducto (fig. 20-14e). El líquido rico en nutrientes producidos por las células en clavo o intercalares del epitelio de la mucosa nutre al oocito en su camino hacia el útero.

Los espermatozoides introducidos en la vagina durante el coito nadan a través del cuello uterino, la luz uterina y el oviducto hasta la ampolla para encontrar al oocito secundario. La fecundación suele producirse en la ampolla (fig.20-15b). En este momento las células de la corona radiada rodean aún a la zona pelúcida y al oocito secundario. Se fijan oligosacáridos específicos de las proteínas de la zona pelúcida a proteínas receptoras localizadas en la cabeza del espermatozoide, con lo que desencadenan la reacción acrosómica. Esta reacción da por resultado fusión de los plasmalemas de la cabeza del espermatozoide y del oocito, lo que permite al núcleo del espermatozoide entrar en el citoplasma del oocito.

El contacto entre el espermatozoide y el oocito es el causante de la reacción cortical, que es la descarga de numerosos gránulos corticales localizados en el citoplasma del oocito hacia el espacio perivitelino. Las enzimas que están dentro de los gránulos corticales destruyen a los receptores de espermatozoides en la zona pelúcida, con lo que impiden que lleguen al oocito espermatozoides adicionales.

Después de este momento, la entrada del núcleo del espermatozoide desencadena la actividad del oocito secundario para que readopte y termine su segunda división meiótica. Esto da por resultado una división desigual del citoplasma, que forma 2 células haploides, el óvulo y el segundo cuerpo polar. El núcleo del óvulo (pronúcleo femenino) se fusiona con el núcleo del espermatozoide (pronúcleo masculino), con lo que se forma un cigoto con el número diploide de cromosomas y, de esta manera, termina el suceso de la fecundación. Es de interés observar que el límite de tiempo entre la ovulación y la fecundación es de unas 24 horas. Si no se produce la fecundación durante este periodo, el óvulo degenera y lo fagocitan los macrófagos.