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Capas histológicas

La histología del tubo digestivo se describe a menudo en términos de cuatro capas amplias: mucosa, submucosa, muscular externa y serosa (o adventicia). Estas capas son semejantes en toda la longitud del tubo digestivo, pero manifiestan modificaciones y especializaciones regionales.

Mucosa

La luz del tubo digestivo está revestida por un epitelio, que reposa sobre una capa de tejido conectivo laxo más profunda que se conoce como lámina propia (o propria). Esta capa de tejido conectivo ricamente vascularizada alberga glándulas lo mismo que vasos linfáticos y nódulos linfoides ocasionales. Rodea a esta capa de tejido conectivo la muscular de la mucosa, compuesta a su vez por una capa circular interna y una capa longitudinal externa de músculo liso. Epitelio, lámina propia (o propria) y muscular de la mucosa se denominan de manera colectiva mucosa.

Submucosa

La mucosa está rodeada por una capa de tejido conectivo fibroelástico denso irregular, llamado submucosa (fig. 17-1e); esta capa alberga glándulas en esófago y duodeno. La submucosa contiene también vasos sanguíneos y linfáticos lo mismo que un plexo nervioso parasimpático, el plexo submucoso de Meissner, que controla la motilidad de la mucosa (y, en cierta extensión, la de la submucosa) lo mismo que las actividades secretorias de sus glándulas.

Muscular externa

La submucosa está revestida por una capa muscular gruesa, la llamada capa muscular externa, que se encarga de la actividad peristáltica, que mueve al contenido de la luz a lo largo del tubo digestivo. La capa muscular externa está compuesta por músculo liso (salvo en el esófago) y suele estar organizada a su vez en dos capas, una circular interna y otra longitudinal externa. También hay un plexo nervioso parasimpático, el plexo mientérico de Auerbach, situado en medio de las dos capas, que regula la actividad de la capa muscular externa (y, en extensión limitada, la actividad de la mucosa).

La reconstrucción tridimensional de la muscular de la mucosa y de la capa muscular externa pone de manifiesto que las capas tanto circular interna como longitudinal externa están distribuidas de manera helicoidal. Sin embargo, la inclinación de las espirales es diferente: la capa circular interna manifiesta una espiral apretada, en tanto que la longitudinal externa manifiesta una espiral laxa.

Serosa o adventicia

La capa muscular externa está envuelta por una capa de tejido conectivo delgada que puede estar rodeada a su vez o no por epitelio escamoso simple del peritoneo visceral. Si la región del tubo digestivo es intraperitoneal, estará revestida por peritoneo y la cubierta se conocerá como serosa; sin embargo, si el órgano es retroperitoneal, se adhiere a la cavidad corporal por medio de su adventicia.

Inervación del tubo digestivo

El tubo digestivo recibe su inervación parasimpática del nervio vago, salvo en el caso del colon descendente y el recto, que se encuentran inervados por los nervios craneosacros. La inervación simpática se deriva de los nervios esplácnicos. La inervación parasimpática es la encargada de inducir las secreciones de las glándulas del tubo digestivo lo mismo que de la contracción del músculo liso. Las fibras simpáticas son vasomotoras, y controlan el flujo de sangre del tubo digestivo. Por añadidura, las fibras sensitivas del tubo digestivo viajan con las fibras simpáticas hasta el sistema nervioso central.

Las fibras parasimpáticas hacen sinápsis con cuerpos de células nerviosas situados en el plexo mientérico. Las fibras nerviosas que se originan en este plexo perforan la capa muscular lisa circular interna y ayudan a la formación del plexo submucoso. Por tanto, las neuronas del plexo mientérico se comunican con las neuronas del plexo submucoso.

Puede afirmarse lo siguiente, a manera de generalizacion, en relación con la inervación del tubo digestivo.

  1. Los nervios simpáticos inhiben la peristalsis y activan a los músculos esfínteres.
  2. La inervación parasimpática estimula la peristalsis, inhibe a los músculos esfínteres y desencadena la actividad secretoria.
  3. Tanto el plexo mientérico de Auerbach como el plexo submucoso de Meissner son parte de la inervación parasimpática, pero tienen también un componente nervioso intrínseco, que es autónomo y que es el encargado del funcionamiento coordinado de los componentes musculares del tubo digestivo.
  4. Las fibras nerviosas del plexo mientérico regulan la motilidad de la capa muscular externa; por tanto, el plexo mientérico es el encargado de accionar la peristalsis.
  5. Las fibras nerviosas del plexo submucoso controlan la motilidad de la capa muscular de la mucosa; por tanto, el plexo submucoso controla los movimientos de la mucosa y la actividad secretoria de las células epiteliales que revisten la luz del intestino y de las glándulas de la lámina propia (o propria).
  6. Las fibras simpáticas y parasimpáticas del tubo digestivo pueden seccionarse sin poner en peligro las funciones digestivas, lo que indica que los componentes nerviosos intrínsecos son los encargados primarios del control de las actividades digestivas.