Cavidad pleural y mecanismos de ventilación

La jaula torácica esta separada en tres regiones , las cavidades pulmonares izquierda y derecha y el mediastino, ubicado entre ellas. Cada cavidad esta limitada por una membrana serosa, la pleura, compuesta por un epitelio escamoso simple y tejido conectivo subseroso. Se puede imaginar a la pleura como un globo lleno de aire ; al irse desarrollando, el pulmón va empujando a esta membrana serosa, como si se empujara un puño contra la superficie externa del globo. De esta manera, se adhiere y cubre a los pulmones una porción de la pleura, la pleura visceral , y el resto de la misma, la pleura parietal, cubre y se adhiere a las paredes de la cavidad torácica.

El espacio entre ambas pleuras (el espacio dentro del globo) se conoce como cavidad pleural, y contiene una cantidad limitada de líquido seroso (originado en las células serosas) que permiten un movimiento prácticamente sin fricción de los pulmones contra la pared durante la ventilación (respiración), que se refiere al movimiento (inspiración/espiración) de los pulmones.

La inhalación es un proceso que requiere energía, ya que consiste en contracción del diafragma y de los músculos intercostales, escálenos y otros músculos accesorios mas. Al contraerse estos músculos se amplia el volumen de la jaula torácica. Como la pleura parietal esta adosada a la jaula torácica, también la cavidad aumenta el tamaño y, en consecuencia, disminuye la presión en su interior. La presión diferencial entre la presión atmosférica fuera del organismo y la existente dentro de la cavidad pleural tira del aire hacia los pulmones. Con la entrada del aire, los pulmones se amplían, con lo que estiran a las fibras elásticas del intersticio pleural y la pleura visceral se acerca a la parietal, fenómeno que reduce el volumen de la cavidad pleural y aumenta la presión en estas cavidades.

Para que ocurra la espiración o exhalación, los músculos respiratorios principales y accesorios se relajan, con lo que disminuyen los volúmenes de las cavidades pleurales con el consecuente aumento de la presión. Además, las fibras elásticas estiradas previamente readoptan su longitud original y hacen salir al aire de los pulmones. Por lo anterior, la espiración normal no requiere energía. En la espiración forzada, también se contraen los músculos intercostales y los abdominales, con lo que disminuye el volumen de la cavidad pleural y se produce expulsión forzada de una mayor cantidad de aire desde los pulmones.

CORRELACIONES CLINICAS

En los pacientes afectados por poliomielitis, los músculos respiratorios se debilitan y los accesorios se hipertrofian, ya que estos últimos se hacen cargo del movimiento de la jaula torácica. En otros padecimientos, como es el caso de la miastenia gravis y el síndrome de Guillain-Barré, la debilidad de los músculos respiratorios principales y accesorios puede culminar en insuficiencia respiratoria, con la muerte como consecuencia , aunque los pulmones funcionen normalmente .

Estructura general de los pulmones

El pulmón izquierdo se subdivide en dos lóbulos y el derecho en tres. Cada pulmón tiene una indentación medial, el hilio, sitio por el que entran los bronquios primarios, las arterias bronquiales y las arterias pulmonares, y salen las venas bronquiales, las venas pulmonares y los linfáticos. Este conjunto de vasos más la vía aérea que entran por el hilio forman la raíz pulmonar.

Cada lóbulo esta dividido en varios segmentos broncopulmonares, a los que llega un bronquio intrapulmonar (segmento) terciario. En su momento los segmentos se subdividen en lobulillos, cada uno dependiente de un bronquiolo. Los lobulillos están separados unos de otros por tabiques de tejido conectivo por los que viajan linfáticos y tributarias de las venas pulmonares. Siguen a los bronquios ramas de las arterias y venas bronquiales en su trayecto por el centro del lobulillo.

Vasos pulmonares y linfáticos

Las arterias pulmonares llevan la sangre desoxigenada hacia los pulmones desde el lado derecho del corazón. Las ramas de estos vasos siguen el trayecto de los bronquios hacia los lobulillos (15-7e). Cuando llegan al bronquiolo respiratorio, estos vasos forman una extensa red de capilares estrictamente continuos (no fenestrados). Como estos capilares solo miden 8 µm de diámetro, los eritrocitos pasan por el interior en fila india de uno en uno, lo que reduce el espacio que los gases tendrían que recorrer y vuelven mas eficiente la exposición del eritrocito al oxígeno.

La sangre en el lecho capilar se oxigena y luego drena hacia las venas pulmonares, que van aumentando su diámetro. Estas tributarias de las venas pulmonares levan sangre oxigenada y viajan entre los tabiques o septos de tejido conectivo entre lóbulos pulmonares. De este modo, las venas siguen un trayecto diferente al de las arterias, hasta que llegan al vértice del lobulillo, en donde ambas se reúnen y acompañan al bronquio hasta el hilio para llevar la sangre oxigenada hacia las cavidades izquierdas del corazón.

Las arterias bronquiales, ramas de la aorta torácica, nutren y oxigenan a las paredes del árbol bronquial, a los tabiques interalveolares y a la pleura. Muchas de las pequeñas ramas se anastomosan con las del árbol arterial pulmonar. Otras llegan a las venas bronquiales, que llevan la sangre hacia el sistema ácigos.