La unión subsecuente de un antígeno o alergeno específico a la IgE ya unida da como resultado desgranulación de la célula cebada, y del basófilo, con lo que se liberan diversos mediadores de la inflamación. Estos, en su momento, actuan sobre la mucosa nasal e inducen los síntomas asociados con los cuadros gripales y la fiebre de heno.

Correlaciones Clínicas

La mucosa nasal se encuentra protegida contra la deshidratación por el flujo sanguíneo alternante de los senos venosos de la lámina propia (o propria) que cubre a los cornetes de ambos lados de la cavidad nasal. La zona de tejido semejante al eréctil (cuerpo tumefactos ) de un lado se amplía cuando los senos venosos se llenan de sangre, lo que reduce el flujo de aire por el lado afectado. La filtración del plasma de los senos y la secreción de las glándulas seromucosas rehidratan a la mucosa aproximadamente cada media hora. El reflujo del estornudo elimina de la cavidad nasal los irritantes químicos y las partículas. La expulsión inesperada y explosiva del aire limpia del agente irritante a las vías nasales.

El epitelio olfatorio es el encargado de la percepción de los olores. Lo que contribuye de manera importante a la distinción de los sabores. Se sabe poco sobre los mecanismos por los que se distinguen los olores, aunque se sabe que el plasmelama de los cilios olfatorios de una célula en particular tienen numerosas copias de una molécula receptora de un olor determinado. Las moléculas de una sustancia odorífera disuelta en el líquido seroso, se unen a su receptor específico. Cuando se encuentran ocupados un número límite (umbral) de receptores olfatorios las células olfatorias se estimulan y se genera un potencial de acción que hace que la información se transmita por los axones al bulbo olfatorio, que es un proyección del sistema nervioso central, para su procesamiento. Los axones de las células olfatorias hacen sinapsis con las dendritas de 1 a 30 células mitrales que se encuentran dentro de pequeñas regiones esféricas ubicadas en el bulbo olfatorio, y que se conocen como glomérulos. Si llega a la célula mitral el nivel umbral de los estímulos, ésta se despolariza y retransmite la señal a la corteza olfatoria para su procesamiento ulterior.

Cada glomérulo recibe información de aproximadamente 2,000 neuronas olfatorias, cada una específica para la misma sustancia odorífera. Como los antígenos, que pueden tener varios epítopes que se unen especificamente a un anticuerpo, las sustancias odoríferas poseen varias pequeñas regiones que se unen especificamente a la molecula receptora. De este modo, una sustancia odorifera particular se puede unir a varias moleculas receptoras y activar a un cierto numero de neuronas olfatorias, y aportar información a varios glomérulos.

Aunque sólo hay unos 1,000 glomérulos, y cada uno recibe informacion de una sola molecula receptora, la corteza olfatoria puede distinguir entre cerca de 10,000 esencias diferentes. Esto lo hace al reconocer la información que llega de una combinación particular de glomérulos como una sola esencia en lugar de varias. Por tanto, un glomérulo puede estar reconociendo activamente a varias esencias.

Para asegurar que un sólo estimulo no ocasione varias reacciones. El flujo continuo de material seroso de las glándulas de Bowman asegura una limpieza continua de los cilios olfatorios.