El yodo se transporta activamente por medio de bombas específicas de este elemento localizadas en el plasmalema basal (proceso inhibido por el Perclorato y el Tiocianato que compiten por el yoduro) de las células foliculares dentro del citosol, sitio en que se oxida por acción de la enzima peroxidasa tiroidea. El yodo activado entra en el coloide y produce yodación (fig. 13-9e) de los residuos de tirosina de la tiroglobulina a nivel de la interfase del coloide y del plasmalema apical de la célula folicular tiroidea. El Propiltiouracilo y el Carbamizol inactivan este proceso enzimático.

La TSH, descargada desde las células basófilas de la hipófisis anterior, se fija a los receptores de TSH sobre el plasmalema basal de las células foliculares. La fijación de la TSH facilita la formación de filópodos a nivel de la membrana celular apical, lo que da por resultado endocitosis de partes alícuotas del coloide. Las vesículas citoplámicas que contienen coloide se fusionan con los endosomas tempranos (o Tardios). Dentro de los endosomas, los residuos yodados se someten a segmentación desde la tiroglobulina por la acción de proteasas, y se transfieren hacia el citosol como monoyodotirosina y diyodotirosina libres (T1 y T2).

La enzima deshalogenasa de la yodotirosina desprende al yodo de la monoyodotirosina y la diyodotirosina, y tanto el yodo como el aminoácido tirosina se convierten en parte de las reservas respectivas dentro del citosol para empleo ulterior.

Las dos moléculas de tirosina yodada se unen mediante un proceso enzimático liberando un aminoácido, la Alanina y formando las Yodotironinas: las hormonas T3 y T4 que se descargan a nivel del plasmalema basal de las células foliculares, y entran en los espacios de tejido conectivo de la glándula tiroides para su distribución mediante la corriente sanguínea. La T4 constituye cerca de 90% de la hormona liberada, aunque no es tan eficaz como la T3.

Efectos fisiológicos de triyodotironina y la tiroxina

Una vez descargadas en la sangre, T4 y T3 se fijan a las proteínas fijadoras plasmáticas y se descargan hacia los tejidos con lentitud, en especial la T4. Los tejidos captan en seis días sólo la mitad de lo que se descarga hacia la sangre. Una vez en los tejidos, la hormona se fija de nuevo a las proteínas intracelulares y se emplea con lentitud durante varios días o algunas semanas.

Estas hormonas estimulan la transcripción de muchos genes que codifican diversas clases de proteínas. Como resultado, inducen un incremento generalizado del metabolismo celular hasta de 100 por ciento. También incrementan la tasa de crecimiento en las personas jóvenes, facilitan los procesos mentales y estimulan la actividad de las glándulas endocrinas.

En general, las hormonas tiroideas estimulan el metabolismo de los carbohidratos. Disminuyen la síntesis de ácidos grasos. Como las hormonas tiroideas incrementan la sintesis de diversas enzimas, se requieren más vitaminas cuando están aumentadas las concentraciones de hormonas tiroideas. El aumento de la producción de hormonas tiroideas disminuye también el peso corporal e incrementa frecuencia cardiaca, metabolismo, respiración, función muscular y apetito. Las cantidades excesivas de hormona tiroidea produce temblor muscular, fatiga e impotencia en los varones, y a menudo hemorragia menstrual excesiva en las mujeres.

274