Las perforinas descargadas se ensamblan de manera plasmática en la célula blanco, y forman poros a través de los cuales las fragmentinas pueden entrar en el citoplasma. Las fragmentinas inducen apoptosis, forma de muerte celular programada.

Las células asesinas naturales poseen receptores para la IL-12, el interferón alfa y el interferón ß. Estas citocinas incrementan de manera notable las capacidades cititóxicas de las células NK, que a su vez descargan grandes cantidades de interferón y, citocina que activa los macrófagos para que maten a las bacterias. Las células NK pueden matar también células que no presentan regiones Fc de anticuerpos. El modo independiente de anticuerpos de matar a las bacterias o a las células extañas o alteradas se encuentra regulado por la presencia de receptores sobre las células tumorales o transformadas de manera viral reconocidas por las células asesinas naturales.

INTERACCION ENTRE LAS CELULAS LINFOIDES

Las células del sistema linfoide entran en interacción entre si para efectuar una reacción inmunológica . El proceso de interacción se encuentra regulado por el reconocimiento de moléculas de superficie; si no se reconocen las moléculas, la célula se elimina para impedir una reacción incorrecta. Si se reconocen las moléculas de superficie, los linfocitos proliferan y se diferencian. La iniciación de estas dos reacciones se denomina ACTIVACIÓN. La activación requiere por lo menos dos señales:

1.- Reconocimiento del antígeno (o epítope).

2.- reconocimiento de una segunda señal coestimuladora, que puede encontrarse medida por una oxitocina (sic) (citosina ?) o por una molécula de señalamiento fija a la membrana.

REACCION INMUNOLOGICA HUMORAL MEDIADA POR CÉLULAS T COOPERADORAS

Salvo en lo que respecta a los antígenos independientes del timo, las células B pueden reaccionar a un antígeno sólo si reciben instrucciones para hacerlo del subtipo TH2 de células T cooperadoras (fig. 12-2e). Cuando la célula B fija antígenos sobre sus inmunoglobulinas de superficie (SIG, siglas del inglés "surface inmunoglobulins"), internaliza al compuesto de antígeno-anticuerpo, elimina el epítope y lo fija a las moléculas MHC II, coloca al complejo de epítope y MHC II sobre su superficie y lo presenta a la célula TH2.

SEÑAL 1: la célula TH2 no solo tiene que reconocer al epítope con su receptor de célula T (TCR), sino que además debe reconocer a la molécula MHC II con su molécula CD4.

SEÑAL 2: el receptor CD40 de la célula TH2 debe fijarse a la molécula CD40 de la célula B.

Si se producen apropiadamente ambos acontecimientos de señalamiento la célula B se activa y prolifera con rapidez. Durante la proliferación la célula TH2 descarga interleucinas 4,5 y 6. Estas citocinas facilitan la diferenciación de las células B recién formadas en células B de memoria y células plasmáticas secretoras de anticuerpo.

DESTRUCCIÓN DE LAS CÉLULAS TRANSFORMADAS POR VIRUS MEDIADAS POR CÉLULAS T COOPERADORAS.

En la mayor parte de los casos, los linfocitos T citotóxicos (CTL) necesitan recibir una señal de una célula TH1 para ser capaces de matar a las células transformadas por virus.