- La descarga de parte del contenido de los gránulos, en
especial difosfato de adenosina (llamdo también
adenosindifosfato, ADP) y trombospondina, vuelve a las
plaquetas circulantes "pegajosas", y hace que
se adhieran a las que se encuentran fijas a la colágena
y se desgranulen.
- El ácido araquidónico, formado en el plasmalema
plaquetario activado, se convierte en tromboxano A2,
poderoso vasoconstrictor y activador plaquetario.
- Las plaquetas agregadas actúan como tapón, y bloquean
la hemorragia. Por añadidura, expresan el factor
plaquetario 3 sobre su plasmalema, lo que brinda la
superficie fosfolipídica necesaria para el ensamblaje
apropiado de los factores de la coagulación (en especial
de la trombina).
- Como parte de la cascada compleja de reacciones que
abarcan los diversos factores de la coagulación,
tromboplastina tisular y tromboplastina plaquetaria
actúan sobre la protrombina circulante, y la convierten
en trombina. La trombina es una enzima que facilita la
agregación plaquetaria. Convierten también, en
presencia de Ca2+, al fibrinógeno en fibrina.
- Los monómeros de fibrina producidos de esta manera, por
tanto, se polimerizan y forman un retículo del
coágulo, que atrapa plaquetas adicionales, eritrocitos
y leucocitos dentro de un coágulo sanguíneo gelatinoso
(trombo). Los eritrocitos facilitan la activación
plaquetaria, en tanto que los neutrófilos y las células
endoteliales limitan tanto las activación de las
plaquetas como el tamaño del trombo.
- Cerca de una hora después de la formación del coágulo,
los monómeros de actina y miosina forman filamentos
delgados y gruesos que entran en interacción al utilizar
ATP como su fuente energética. Esto da por resultado
contracción del coágulo cerca de la mitad de su
tamaño previo, y tira de los bordes del vaso para que
queden más cerca entre sí, con lo que se vuelve mínima
la pérdida de sangre.
- Cuando se repara el vaso, las células endoteliales
descargan activadores del plasminógeno, que convierten
al plasminógeno circulante en plasmina, enzima que
inicia la lisis del trombo. Ayudan a este proceso las
enzimas hidrolíticas de los gránulos lambda.
CORRELACIONES CLINICAS
En caso de tromboembolia, tipo más frecuente de embolia, los
coágulos se liberan y circulan en la sangre hasta que alcanzan
un vaso sanguíneo cuya luz es demasiado pequeña para
aceptarlos. Si el coágulo es de tamaño suficiente para ocluir
la bifurcación de la arteria pulmonar (émbolo en silla de
montar), puede dar por resultado muerte repentina inesperada. Si un coágulo obstruye las ramas de una arteria corronaria lo
que suele ocurrir es infarto del miocardio.
Se conocen diversos tipos de transtornos de la coagulación
que dan por resultado hemorragia excesiva. El transtorno puede
ser adquirido (deficiencia de vitamina K), hereditario
(hemofilia) o por concentraciones bajas de plaquetas en la sangre
(trombocítopenia). El hígado requiere vitamina K como cofactor
para la síntesis de los factores de la coagulación VII, IX y X,
y protrombina. La ausencia de estos factores o sus
concentraciones reducidas dan por resultado disfunción parcial o
completa del proceso de la coagulación.
El tipo más frecuente de hemofilia se debe a deficiencia del
factor VIII (hemofilia clásica), rasgo hereditario recesivo ligado al cromosoma X,
transmitido por las madres a sus hijos varones. Como el factor
por deficiencia se encuentra en los cromosomas X, las niñas no
se verán afectadas a menos que ambos padres tengan cromosomas X
deficientes. Las personas afectadas son proclives a sangrar
después de un traumatismo, por lo general a causa de lesión de los
vasos de mayor tamaño.
La trombocitopenia es un trastorno en el cual está disminuida
la concentración sanguínea de plaquetas. El trastorno se vuelve
grave cuando la concentración de plaquetas se encuentra por debajo de 50,000/mm3.