Aunque los eritrocitos no poseen oganitos, cuentan con enzimas solubles en su citosol. Dentro del eritrocito la enzima anhidrasa carbónica facilita la formación del ácido carbónicp a partir de CO2 y agua. Este ácido se disocia para formar bicarbonato (HCO3) y H+. Es en forma de bicarbonato como la mayor parte del dióxido de carbono se transporta hacia los pulmones para su exhalación. La capacidad del bicarbonato para cruzar la membrana celular del eritrocito se encuentra mediada por la proteína integral de la membrana llamada banda 3, que es un transportador aniónico acoplado que intercambia bicarbonato intracelular por Cl- extracelular. Entre las enzimas adicionales están las de las vías glucolíticas y las encargadas de la derivación del monofosfato. La primera no requiere la presencia de oxígeno, y es el método principal por medio del cual el eritrocito produce trifosfato de adenosina (llamado también adenosintrifosfato ATP) necesario para satisfacer sus necesidades energéticas.

Los varones tienen más eritrocitos por unidad de volumen de sangre que las mujeres (5x106 contra 4.5 x 106 por mm3), y los miembros de ambos sexos que viven a grandes altitudes tienen de manera correspondiente más eritrocitos que los que viven en regiones cercanas al nivel del mar.

Los eritrocitos humanos tienen una vida promedio de 120 días; una vez que llegan a esa edad, manifiestan sobre su superficie un grupo de oligosacáridos. Los macrófagos de bazo, médula ósea e hígado destruyen a los eritrocitos que llevan estos oligosacáridos.

Hemoglobina

Los eritrocitos se encuentran llenos de hemoglobina, gran proteína tetramérica (peso molecular 68 000) compuesta por cuatro cadenas polipeptídicas, cada una de las cuales está enlazada de manera coavalente con una molécula de hem que contiene hierro. Es la hemoglobina la que ofrece a la célula no teñida su color amarillo pálido. La mitad globina de la hemoglobina descarga CO2, y el hierro fija al O2 en las regiones que tienen concentración elevada de oxígeno, como en el pulmón. Sin embargo en las regiones en las que es escaso el oxígeno, como sucede con los tejidos, la hemoglobina libera al O2 y fija al dióxido de carbono. Esta propiedad de la hemoglobina la vuelve ideal para el transporte de los gases repiratorios. La hemoglobina que transporta O2 se conoce como oxihemoglobina y la que transporta CO2 se denomina carboxihemoglobina. Los tejidos hipóxicos producen 2,3-difosfoglicerato, carbohidrato que facilita la descarga de oxígeno desde el eritrocito.

Correlaciones clinicas

El monóxido de carbono tiene mucha mayor afinidad por la porción hem de la hemoglobina en comparación con el oxígeno. Sucumben a menudo al envenenamiento con monóxido de carbono (CO) las personas que quedan atrapadas en zonas mal ventiladas en las que vierte sus emisiones un motor de explosión interna que funciona con gasolina, o dentro de un edifico que se incendia. Muchas de esas víctimas, cuando son de piel clara, en vez de ponerse cianóticas (palidez azulosa) presentan una piel de color rojo de cereza y aspecto sano a causa del color del complejo entre CO y hemoglobina.

Con base en sus secuencias de aminoácidos, son cuatro las cadenas polipeptídicas humanas normales de la hemoglobina, que se designan con las letras a, b, g y d. La principal hemoglobina del feto, llamada hemoglobina fetal (HbF), compuestas por dos cadenas a y dos cadenas g, queda substituida poco después del nacimiento por hemoglobina del adulto (HbA).