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Sangre y hematopoyesis

La sangre es un líquido ligeramente alcalino (pH 7.4) viscoso y de color rojo brillante a rojo obscuro que constituye cerca de 7 % del peso corporal. El volumen total de sangre del adulto promedio es de cerca de 5 L, y circula dentro por todo el cuerpo dentro de los confines de los vasos sanguíneos del sistema circulatorio. La sangre es un tejido conectivo especializado compuesto por elementos figurados, eritrocitos, leucocitos, y plaquetas, que se encuentran suspendidos en un componente líquido , la matriz extracelular , que recibe el nombre de plasma (figs. 10-1L y 10-2e).

Como la sangre circula por todo el cuerpo , es un vehículo ideal para el transporte de materiales. Las funciones primarias de la sangre son transporte de nutrientes desde el tubo digestivo hacia todas las células del cuerpo y descarga subsecuente de los productos de desecho de estas células en órganos específicos para su eliminación. Hay otros numerosos metabolitos, productos celulares (como hormonas y otras células de señalamiento) y electrolitos que se transportan también en la sangre hasta sus destinos finales. La hemoglobina que contienen los eritrocitos transporta el oxígeno desde los pulmones para su distribución hacia las células del cuerpo, y el CO2 se trasnporta tanto en la hemoglobina como en el componente líquido del plasma (como HCO3 y en su forma libre) para que se elimine por los pulmones. De manera adicional, la sangre regula la temperatura corporal y conserva los equilibrios acidobásico y osmótico de los líquidos corporales. Por último, es la vía para la migración de los leucocitos entre los diversos compartimientos del tejido conectivo del cuerpo.

El estado líquido de la sangre requiere la presencia de un mecanismo protector, llamado coagulación, y que restaña su pérdida en caso de lesión del árbol vascular.