El músculo liso no se encuentra bajo control voluntario; lo regula el sistema nervioso autónomo, las hormonas (como bradicinina) y las condiciones fisiológicas locales. De aquí que el músculo liso se conozca también como músculo involuntario.

Además de sus funciones contráctiles, algunas células de músculo liso son capaces de efectuar síntesis exógena de proteínas. Entre las sustancias elaboradas por las células de músculo liso para su utilización extracelular están colágena, elastina, glucosaminoglucanos, proteoglucanos y factores de crecimiento.

Microscopia de luz de las fibras de músculo liso

Las fibras de músculo liso son células fusiformes alargadas que miden 0.2 mm de largo por 5 a 6 m m de diámetro. Estas células disminuyen de calibre en cada extremo, en tanto que la porción central contiene un núcleo de forma ovalada que alberga a dos o más nucléolos (ver la fig. 8-2e, 8-22L y 8-23L). Durante el acortamiento del músculo el núcleo adopta un aspecto en sacacorchos característico, a causa de la manera en que se contrae el músculo de este tipo (fig. 8-24e).

Cada fibra de músculo liso esta rodeada por un lámina externa que invariablemente separa al sarcolema de las células musculares contiguas (fig. 8-25t). Embebidas en la lámina externa existen numerosas fibras reticulares que parecen envolver a las células de músculo liso individuales y funcionar en el refuerzo de la contracción.

Bajo tinción de la hematoxilina y eosina el citoplasma de las fibras de músculo liso no ofrece aspectos muy sobresalientes; sin embargo, la tinción con hematoxilina férrica demuestra la presencia de cuerpos densos que se adhieren a la superficie citoplásmica de la membrana celular. Además de los cuerpos densos pueden observarse estriaciones longitudinales en el sarcoplasma de estas células, que representan acúmulos apiñados de miofilamentos.

Las células de músculo liso suelen formar láminas de diversos espesores, aunque pueden encontrarse también como células individuales. Cuando forman láminas, las células están distribuidas de modo que constituyen una red continua en la cual sus porciones que terminan afiladas se ajustan casi precisamente en los espacios existentes entre regiones ampliadas de las células de músculo liso vecinas (fig. 8-2e). En el corte transverso se puede observar los contornos de diversos diámetros, algunos con núcleos y otros sin ellos (fig. 8-23L). Los cortes transversos sin núcleos representan los extremos disminuidos de diámetro de las células de músculo liso en los sitios en que se interdigitan con las otras fibras de este músculo.