- Los osteoblastos recién formados secretan matriz ósea,
y originan el cuello óseo subperióstico sobre la
superficie del modelo de cartílago mediante la
formación intramembranosa del hueso.
- El cuello del hueso impide la difusión de nutrientes
hacia los condrocitos hipertroficos dentro de la parte
central del modelo de cartílago, y les produce la
muerte. Este proceso es el causante de la presencia de
lagunas confluentes vacías que forman grandes
concavidades, la futura cavidad medular, en el centro del
modelo de cartílago.
- Los orificios excavados en el cuello óseo por los
osteoclastos permiten que entre en las concavidades
dentro del modelo de cartílago una yema osteogénica o
perióstica, compuesta de células osteoprogenitoras,
células hematopoyeticas y vasos sanguíneos (fig. 7-14e).
- Las células osteoprogenitoras se dividen para formar
osteoblastos. Estas células recién formadas elaboran
matriz ósea sobre la superficie del cartílago
calcificado. La matriz ósea se calcifica para formar un
complejo de cartílago y hueso calcificados. Este
complejo se percibe en los cortes histológicos teñidos
de manera ordinaria por que el cartílago calcificado se
tiñe con colorantes basofílicos, en tanto que el hueso
calcificado lo hace con colorantes acidófilos.
- Al engrosarse el hueso subperióstico y crecer en cada
dirección desde el talle de la diáfisis hacia la
epífisis, los osteoclastos empiezan a resorber al
complejo de cartílago y hueso calcificados con lo que
aumenta el tamaño de la cavidad medular. Al proseguir
este proceso, el cartílago de la diáfisis queda
sustituido por hueso, salvo en las placas epifisiarias,
que son las encargadas del crecimiento sostenido del
hueso durante 18 a 20 años.