Transporte de sustancias hacia los lisosomas. Las sustancias destinadas a la degradación dentro de los lisosomas llegan a estos organitos por una de tres vías: a través de los fagosomas, de las vesículas pinocíticas o de los autofagosomas (fig. 2-19e).

El material fagocitado contenido dentro de los fagosomas se mueve hacia el interior de la célula. El fagosoma se une a un lisosoma o lo hace con un endosoma tardío. Las enzimas hidrolíticas digieren la mayor parte del contenido del fagosoma, en especial los componentes proteínicos y los carbohidratos. Los lípidos, sin embargo, son más resistentes a la digestión completa, y se quedan encerrados dentro del lisosoma gastado, que se conoce en estos momentos como cuerpo residual.

Los organitos envejecidos, como las mitocondrias y los que ya no requiere la célula, o el RER de un fibroblastro latente, necesitan degradarse. Los organitos en cuestión quedan rodeados por elementos del retículo endoplásmico, y quedan encerrados en vesículas que se conocen como autofagosomas. Estos organitos se fusionan con los endosomas tardíos o con lisosomas, y comparten el mismo destino subsecuente que el fagosoma.

Correlaciones clinicas

Trastornos del almacenamiento lisosomal

Ciertos individuos tienen deficiencias enzimáticas hereditarias, de modo que son incapaces de degradar por completo a diversas macromoléculas en productos finales solubles. Conforme se van acumulando los intemediarios insolubles de estas sustancias dentro de los lisosomas de sus células, el tamaño de éstos aumenta la suficiente para interferir con las capacidades de estas células para efectuar su función (cuadro 2-1c).