Esta técnica brinda una imagen tridimensional del objeto que se está viendo. Por lo general el objeto que se va a ver se prepara de manera especial para permitir que se deposite sobre su superficie una capa delgada de un metal pesado, como oro o paladio.

Conforme el haz de electrones barre la superficie del objeto, algunos se reflejan (electrones de retrodispersión) y otros se expulsan (electrones secundarios) desde la cubierta de metal pesado. Detectores electrónicos capturan a los electrones de retrodispresión y secundarios y los interpretan, distribuyen, y proyectan sobre un monitor como imagen tridimensional (fig. 1-1e). La imagen se puede volver permanente mediante fotografía o por digitalización para guardarla en un disco de computadora.

Técnica de criofractura

La estructura molecular de las superficies internas de las membranas se revela por el método de la criofractura (fig.1-8f). Los ejemplares congelados con rapidez que se han tratado con criopreservadores no desarrollan cristales de hielo durante el proceso de congelación, de aquí que los tejidos no experimenten daño mecánico. Al ser golpeado el ejemplar congelado por una navaja de afeitar super enfriada, se fractura a lo largo de planos de segmentación, que son las regiones de menor fijación molecular; en las células las fracturas se producen entre las capas interna y externa de las membranas.

La superficie de fractura se cubre en un ángulo mediante platino evaporado y carbono, con lo que se formarán acumulaciones de platino sobre el lado de una proyección y no lo hacen en el lado opuesto siguiente a la proyección, con lo que se genera una réplica de la superficie. El tejido se digiere a continuación para eliminarlo, y se examina la réplica mediante microscopia electrónica de transmisión. Este método pone de manifiesto las proteínas transmembranales de las membranas celulares (fig.1-8f ).