Se encuentran formaciones que parecen cintas sinápticas cerca de la base de las células vellosas de los tipos I y II. Las cintas sinápticas de las células vellosas del tipo II parecen funcionar en la sinapsis con las nervios eferentes, que se consideran las encargadas de modular la sensibilidad. No ha podido aclarase la función de las cintas sinápticas de las células vellosas tipo I.

Los estereocilios de las células vellosas neuroepiteliales están cubiertos y embebidos en una sustancia glucoproteínica gelatinosa densa, que se llama membrana otolítica. La región superficial de esta membrana contiene pequeños cristales de carbonato de calcio que se llaman otolitos u otoconios (fig. 22-12e).

CONDUCTOS SEMICIRCULARES. Cada conducto semicircular, continuación del laberinto membranoso que se origina en el utrículo, se encuentra albergado dentro de su conducto semicircular óseo y, por tanto, se ajusta a su forma. Cada uno de los tres conductos está dilatado en su extremo lateral (cerca del utrículo). Estas regiones ampliadas, llamadas ampollas, contienen las crestas ampulares, que son áreas receptores especializadas. Cada cresta ampular está compuesta por un reborde cuya superficie libre se encuentra cubierta por epitelio sensitivo que está formado por células vellosas neuroepiteliales y células de sosten (fig. 22-14e). Las células de sostén se asientan sobre la lámina basal, en tanto que no lo hacen así las células vellosas; más bien estas últimas se encuentran sostenidas entre las células de sostén. Las células neuroepiteliales conocidas también como células vellosas de los tipo I y II, manifiestan la misma morfología que las células vellosas de las máculas. La cúpula, sustancia glucoproteínica gelatinosa que se encuentra sobre las crestas ampulares, es semejante a la membrana otolítica en cuanto estructura y función, salvo que tiene forma de cono y no contiene otolitos.

CONDUCTO COCLEAR Y ORGANO DE CORTI. El conducto coclear, divertículo del sáculo, es otra porción del laberinto membranoso que recibe su nombre de sus relaciones regionales. El conducto coclear es un órgano receptor en forma de cuña o triángulo albergado en el caracol óseo y rodeado por ambos lados por perilinfa, pero separado de ella por dos membranas (figs. 22-15e y 22-16L). El techo de la rampa media (conducto coclear) es la membrana vestibular (de Reissner), en tanto que el suelo de la rampa media es la membrana basilar. El compartimiento lleno de perilinfa que se encuentra por arriba de la membrana vestibular se denomina rampa vestibular, en tanto que el compartimiento lleno de perilinfa que se encuentra por debajo de la membrana basilar es la rampa timpánica. Ambos compartimiento se comunican a nivel del helicotrema, cerca del vértice del caracol.