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DESARROLLO DE LA PLACENTA

La erosión sostenida del endometrio muy vascularizado por los sincítiotrofoblastos produce erosión también de los vasos sanguíneos maternos. La sangre de estos vasos se vacía en las lagunas de los sincítiotrofoblastos que rodean al embrión. Por tanto, la sangre materna ofrece nutrición para el desarrollo embrionario. Con el crecimiento y el desarrollo ulteriores empieza a formarse la placenta, con la separación resultante entre la sangre del embrión en desarrollo y la proveniente de la madre (sangre materna). Apartir de las células trofoblásticas restantes se desarrolla el corion, que evolucionan hasta convertirse en placa coriónica, que origina las vellosidades coriónicas (fig. 20-16e).

Los trofoblastos en desarrollo inducen cambios en el endometrio vecino, que lo alteran para que se inicie la formación de la porción materna de la placenta. Este tejido materno alterado, llamado decidua, se subdivide en 3 regiones: decidua capsular, decidua basal y decidua parietal.

  1. La decidua capsular queda interpuesta entre la luz uterina y el embrión en desarrollo.
  2. La decidua basal queda interpuesta entre el embrión en desarrollo y el endometrio.
  3. La decidua parietal constituye el equilibrio (sic) de la decidua. En la pared uterina libre.

Al principio todo el embrión está rodeado por la decidua que lo va a nutrir. La región del corion en contacto con la decidua capsular formará vellosidades cortas y de poca importancia, y por tanto su superficie permanecerá lisa; esta región del corion se conoce como corion leve.