Desde aquí la sangre pasa por la válvula auriculoventricular izquierda (válvula bicúspide o mitral) para entrar en el ventrículo izquierdo. Una vez más la contracción ventricular expulsa a la sangre desde el ventrículo izquierdo hacia la aorta, desde la cual surgen numerosas ramas que conducen la sangre hacia los tejidos del cuerpo.

Las válvulas auriculoventriculares impiden la regurgitación de la sangre ventricular hacia la aurícula. Las válvulas semilunares localizadas en el tronco pulmonar y en la aorta cerca de sus orígenes impiden el flujo retrógrado desde estos vasos hacia el corazón.

CAPAS DE LA PARED CARDIACA

Las tres capas que constituyen la pared cardiaca son endocardio, miocardio y epicardio, que son homólogos hasta la túnica íntima, túnica media y túnica adventicia, respectivamente, de los vasos sanguíneos.

ENDOCARDIO. La túnica de la luz del corazón es el endocardio, que se continua con la túnica íntima de los vasos sanguíneos que entran en el corazón y lo dejan. El endocardio está constituido con un endotelio compuesto de epitelio escamoso simple, por debajo del cual hay una capa de fibras colagenosas y elásticas y fibroblastos diseminados. A mayor profundidad se encuentra una capa de tejido conectivo denso ricamente dotado de fibras elásticas intercaladas con fibras de músculo liso. La capa subendocárdica de tejido conectivo laxo contiene vasos sanguíneos pequeños, nervios y fibras de Purkinje del sistema de conducción. Forma el límite del endocardio en el sitio en que éste se inserta en el endomisio del músculo cardiaco.

CORRELACIÓN CLINICA

Los niños que han tenido fiebre reumática pueden desarrollar más tarde valvulopatía cardiaca reumática a causa de la retracción cicatrizal de las válvulas durante las crisis de fiebre reumática. Este trastorno sobreviene porque las válvulas no pueden cerrarse (insuficiencia) o abrirse adecuadamente (estenosis) a causa de la elasticidad reducida como resultado de la fiebre reumática. La afectada más a menudo es la válvula bicúspide (mitral), y le sigue la válvula aórtica.

MIOCARDIO. El miocardio, capa media y más gruesa de las tres capas del corazón, contiene células de músculo cardiaco distribuidas en espirales complejas alrededor de los orificios de las cavidades. Algunas de las células del músculo cardiaco insertan al miocardio en el esqueleto cardiaco fibroso; otras están especializadas en secreciones endocrinas, y otras más lo están para la generación de impulsos o la conducción de éstos.

La frecuencia cardiaca (en condiciones normales cerca de 70 latidos por minuto) se encuentra bajo el control del nodo sinoauricular (marcapaso) localizado entre vena cava superior y aurícula derecha (fig. 11-14e) Estas células musculares cardiacas nodales especializadas pueden despolarizarse espontáneamente 70 veces por minuto, con creación de un impulso que se extiende por todas las paredes de la cavidad auricular por vías internodales hacia el nodo auriculoventricular, localizado en la pared septal justamente por arriba de la válvula tricúspide. Las células musculares cardiacas modificadas del nodo auriculoventricular, reguladas por impulsos que les llegan desde el nodo siniauricular, transmiten señales hacia el miocardio de las aurículas o del haz auriculoventricular (haz de His). Las fibras del haz auriculoventricular pasan hacia el tabique interventricular para conducir el impulso del músculo cardiaco, Y producir por tanto una contracción ritmica. El haz auriculoventricular viaja por el tejido conectivo subendocárdico como células musculares cardiacas modificadas de gran tamaño, que constituyen las fibras de Purkinje (fig. 11-15L), las cuales transmiten impulsos hacia las células del músculo cardiaco localizadas en la punta del corazón. Debe observarse que, aunque el sistema nervioso vegetativo no inicia el latido cardiaco, modula la frecuencia y el volumen por contracción de este latido. La estimulación de los nervios simpáticos acelera la frecuencia cardiaca, en tanto que la estimulación de los nervios para simpáticos que inervan el corazón la vuelven lenta.

Las células musculares cardiacas especializadas que se encuentran primordialmente en la pared auricular y en el tabique interventricular producen una serie de péptidos pequeños secretados (fig. 11-16t). Entre ellos están atriopeptina, polipéptido auricular natriurético, cardiodilatina y cardionatrina, que se descargan hacia los capilares circundantes. Estas hormonas ayudan a la conservación de equilibrio líquido y electrolítico y disminuyen la presión arterial.