En general las arterias tienen paredes más gruesas y su diámetro es menor en comparación con las venas correspondientes. Más aún, en los cortes histológicos las arterias son redondas y carecen de sangre en sus luces.

Túnicas vasculares.

La pared del vaso sanguíneo típico está constituida por tres capas concéntricas separadas de tejido, llamadas túnicas (FIG 11-1e). La capa más interior, la túnica íntima, esta compuesta por una sola capa de células endoteliales escamosas aplanadas, que forman un tubo que reviste la luz del vaso, y el tejido conjuntivo subendotelial subyacente. La capa intermedia, o túnica media, está compuesta principalmente por células de músculo liso orientadas de manera concéntrica alrededor de la luz. La capa más exterior, túnica adventicia, está compuesta principalmente por tejido conjuntivo fibroelástico distribuido en sentido longitudinal. La túnica íntima alberga en su porción más exterior a la lámina elástica interna, que es una banda delgada de fibras elásticas, que esta bien desarrollada en las arterias de tamaño medio. La capa más exterior de la túnica media alberga a otra banda de fibras elásticas que se llama lámina elástica externa, aunque no es distinguible en todas las arterias.

TÚNICA INTIMA. Las células endoteliales (epitelio escamoso simple) que reviste la luz del vaso sanguíneo descansan sobre una lámina basal. Estas células aplanadas, están alargadas en una lámina de modo que su eje largo es más o menos paralelo al eje largo del vaso, lo que permite a cada célula endotelial rodear casi por completo la luz de los vasos de pequeño calibre. En los que tienen calibre de mayor tamaño se requieren varias o muchas células endoteliales individuales para revestir la circunferencia de la luz.

Hay una capa subendotelial inmediatamente por debajo de las células endoteliales. Está compuesta por tejido conjuntivo laxo y unas cuantas células de músculo liso diseminadas, todas ellas orientadas en sentido longitudinal. Por debajo de la capa subendotelial se encuentra una lámina elástica interna especialmente bien desarrollada en las arterias que cuentan con músculo. Separa a la túnica íntima y la túnica media, y está compuesta por elastina, que es una lámina fenestrada que permite la difusión de sustancias hacia las regiones más profundas de la pared arterial para nutrir las células que se encuentran en esas partes.

TUNICA MEDIA. Las capas de células concéntricas que forman la túnica media comprenden principalmente células de músculo liso distribuidas de manera helicoidal. Intercaladas dentro de las capas de músculo liso se encuentran algunas fibras elásticas, colágena del tipo III y (cuadro 4-2c) proteoglucanos. Los elementos fibrosos forman laminillas dentro de la sustancia básica secretada por las células de músculo liso. Las arterias con capa muscular que son de mayor tamaño cuentan con una lámina elástica externa, que es más delicada que la lámina elástica interna y que separa a la túnica media de la túnica adventicia suprayacente. Capilares y vénulas poscapilares carecen de túnica media; en estos vasos pequeños los pericitos reemplazan a la túnica media.

TUNICA ADVENTICIA. La túnica adventicia cubre a los vasos sobre su superficie exterior, y está compuesta principalmente por fibroblastos, fibras de colágena del tipo I y fibras elásticas orientadas en sentido longitudinal. Esta capa se continua con los elementos de tejido conjuntivo que rodea al vaso.

Vasos de los vasos

El espesor y la muscularidad de los vasos de mayor tamaño impide que las células que componen las túnicas se nutran por difusión desde la luz vascular. Las células más profundas de la túnica media y de la túnica adventicia se encuentran nutridas por los vasos de los vasos (vasa vasorum), que son pequeñas arterias que entran en las paredes vasculares y se ramifican profusamente para alimentar las células localizadas primordialmente en las túnicas media y adventicia. En comparación con las arterias, las venas tienen más células que no pueden recibir oxígeno y nutrientes por difusión, porque el contenido venoso contiene menos oxígeno y nutrientes que la sangre arterial. Por este motivo son más preponderantes los vasa vasorum en las paredes de las venas que en las de las arterias.

Inervación de los vasos

Hay una red de nervios vasomotores del componente simpático del sistema nervioso autónomo que inerva a las células de músculo liso de los vasos sanguíneos. Esto nervios simpáticos posganglionares amielínicos son los encargados de producir la constricción de las paredes vasculares (vasoconstricción). Como los nervios entren rara vez en la túnica media del vaso, no hacen sinapsis directamente sobre las células de músculo liso. Más bien descargan el neurotransmisor noradrenalina, que se difunde hacia la media y actúa sobre las células de músculo liso a través de las uniones comunicantes de intersticio, y por tanto, orquestan las contracciones de toda la capa de células de músculo liso y, por tanto, reducen el diámetro de la luz vascular. Las arterias están más densamente dotadas de nervios vasomotores que la venas, pero estas últimas reciben además terminaciones nerviosas vasomotoras en la túnica adventicia. Es importante recordar que las arterias que riegan a los músculos esqueléticos reciben también nervios colinérgicos (parasimpáticos) para que se efectúe vasodilatación.