Filamentos intermedios

Las micrografías electrónicas ponen de manifiesto una categoría de filamentos en el citoesqueleto cuyo diámetro de 8 a 10 nm los coloca entre filamentos gruesos y delgados y que, como consecuencia, se denominan filamentos intermedios (fig. 2-27e). La función principal de estos, es brindar sostén estructural a la célula. Su gran resistencia tensil es importante para proteger a las células contra las presiones y las tensiones.

Se ha determinado en investigaciones bioquímicas que hay varias categorías de filamentos intermedios que comparten las mismas características morfológicas y estructurales. Estos filamentos intermedios, a manera de cuerdas, están constituidos por tetrámeros de proteínas en forma de bastoncillos que se encuentran en haces muy empacados con distribuciones helicoidales largas. La sub unidad individual de cada tetrámero difiere considerablemente para cada tipo de filamento intermedio. Las categorías de filamentos intermedios son queratinas, desmina, vimentina, proteína ácida fibrilar glial, neurofilamentos y laminas nucleares (cuadro 2-4c).

Se han descubierto diversas proteínas intermedias fijadoras de filamentos. Conforme fijan a los filamentos intermedios, los enlazan en una red tridimensional que facilita la formación del citoesqueleto. Tres de las proteínas mejor conocidas de esta clase son filagrina, sinamina y plectina. La filagrina fija a los filamentos de queratina en haces, en tanto que la sinamina y plectina fijan a la desmina y a la vimentina, respectivamente, en redes intracelulares tridimensionales.

Correlaciones clinicas

Se emplean métodos inmnunocitoquímicos, que utilizan anticuerpos inmunofluorescentes específicos, para distinguir entre los diferentes tipos de filamentos intermedios localizados en las células de los tumores de origen no identificado y que resultan casi espécificos según su histogénesis. El conocimiento del origen de estos tumores ayuda no sólo a su diagnóstico, sino también a idear planes terapéuticos eficaces.