CORRELACIONES CLINICAS

Durante el desarrollo fetal, los lóbulos del riñón se intensifican a causa de surcos profundos, pero esta característica queda obliterada en condiciones normales en el adulto. Cuando la formación de lóbulos se conserva después de la lactancia, el trastorno se conoce como riñón lobulado.

Otro desarrollo anómalo del riñón se conoce como enfermedad renal poliquística, o riñón poliquístico, que presenta morfologías variables según la gravedad del transtorno, pero que adopta el aspecto de quistes de paredes delgadas sobre los riñones y en su interior.

TÚBULOS URINÍFEROS

La unidad funcional del riñón es el túbulo urinífero, que es una estructura muy contorneada que modifica al líquido que pasa por él para formar orina como su producto excretado final. El túbulo urinífero está constituido por 2 partes, cada una con origen embriológico diferentes: la nefrona y el túbulo colector (fig. 19-1eC). Existen aproximadamente 1.3 millones de nefronas en cada riñón. Varias de las nefronas drenan por un solo túbulo colector, y se unen múltiples túbulos colectores en la porción más profunda de la médula para formar conductos cada vez más grandes. Los más grandes de estos conductos, los llamados conductos de Bellini, perforan la papila renal y el área cribosa.

Los túbulos uriníferos están densamente empacados, de modo que es escaso el estroma de tejido conectivo del riñón.

Gran parte del tejido conectivo está ocupado por el riego vascular rico del riñón. Más adelante, en este mismo capítulo, se habla de las relaciones funcionales entre el riego vascular y los túbulos uriníferos.