CAPÍTULO 5

 

 DESARROLLO PRENATAL Y SU EXTENSIÓN POSTNATAL

 

 5.1. ASPECTOS GENERALES DE LA REGULACIÓN DEL DESARROLLO HUMANO

  

El desarrollo humano comienza con la formación del cigoto después de la fecundación. Esta célula posee toda la información necesaria para formar un  organismo pluricelular. A medida que el embrión se desarrolla, sus células presentan genomas idénticos pero sin embargo siguen diferentes rutas en su desarrollo, es decir, cada una experimenta una secuencia de cambios que se auto perpetúan y que las distinguen a ella y a su descendencia del resto de las células.

Para estudiar el desarrollo se han utilizado algunos de los animales inferiores modelos como el gusano Caenorhabditis Elegans (C. Elegans), el erizo de mar, la mosca de la fruta Drosophila melanogaster y otras especies como las aves y el ratón.

A continuación se comentarán los aspectos intracelulares y extracelulares más importantes para el desarrollo de un organismo.

 

GENES

 

En el humano existe una gran homología en el control genético del desarrollo con las Drosophila melanogaster y otras especies ya mencionadas. Como consecuencia de lo anterior, se han incorporado los mismos nombres asignados a los genes de las especies donde fueron descritos por primera vez a los genes humanos relacionados con el desarrollo.

 

Grupos de genes del desarrollo en Drosophila y sus homólogos en humanos

 

La mayor parte de lo que se conoce sobre las bases moleculares del desarrollo se basa en los estudios realizados en Drosophila melanogaster. En este organismo se han identificado tres tipos de genes que controlan el desarrollo y cuyas mutaciones provocan alteraciones del mismo; estos grupos son controlados por los genes reguladores.

Genes reguladores. En el desarrollo de Drosophila así como en humano los genes son regulados a su vez por los llamados genes rectores. La célula humana contiene alrededor de 100,000 genes, la mayor parte inactivos. Los genes son reguladores y parece ser que no son regulados de forma individual sino de forma grupal, regida por factores de trascripción maestros, que activan y reprimen varios grupos de genes a la vez. Algunos se expresan en cuanto comienza el desarrollo embrionario, durante los procesos de diferenciación y del plan corporal. Los genes rectores se activan y des reprimen de forma secuencial dando lugar a una “cascada” de complejas interacciones que explicaba de forma sintética sería: un factor de trascripción maestro, luego de reconocer a los promotores de varios genes rectores subordinados, se une de ellos activando algunos y reprimiendo a otros; los activados mediante sus correspondientes factores de transcripción , a su vez activan y des reprimen a otros genes rectores, y así hasta alcanzar una determinada altura en el desarrollo embrionario.

Algunos factores de transcripción  maestros estimulan la transcripción de sus propios genes, estableciendo una fuente de retroalimentación que promueve la síntesis continua de los mismos. Los mecanismos de la expresión genética explicados hasta el momento incluyen los ya explicados con los factores de transcripción  y además mecanismos menos específicos como es el de la metilación del ADN y su condensación. En Drosophila los genes reguladores comienzan a actuar inmediatamente que se forma el cigoto.

Genes de efecto materno. Son genes cuyos productos actúan en etapas tempranas del desarrollo del cigoto. Definen la polaridad del embrión, es decir, sus ejes antero posterior (de la cabeza a la cola) y dorsoventral (del dorso al vientre). Sus mutaciones producen embriones que carecen de la parte anterior o posterior y que poseen duplicaciones de las regiones presentes.

Por estudios experimentales se considera que estos genes especifican morfógenos cuya  distribución en el citoplasma del huevo define el sistema de coordenadas espaciales del futuro  embrión: los ejes céfalo-caudal, ventro laterales y dorsoventral. En animales inferiores, por la característica del cigoto en cuanto al almacenamiento de sustancias nutritivas o deutoplasma (vitelo) en poca cantidad, se producen y almacenan gran cantidad de ribosomas así como ARNm y ARNt, productos de los genes maternos. Por esta razón, el desarrollo en estas especies está ante todo bajo control del genoma materno. Sin embargo, en los mamíferos no existe este almacenamiento previo en el cigoto porque poseen la placenta que suministra los nutrientes necesarios.

En los humanos parece existir un control por los genes maternos hasta la segunda división de clivaje o segmentación. Luego el cigoto deberá recurrir a los productos de los genes embrionarios muy pronto, aunque la transición no parece ser aguda. Un importante gen del desarrollo incipiente es el OCT- 3 que codifica un factor de trascripción específico que se fija a  la secuencia ATTGCAT  en el ADN. En el ratón, la proteína Oct- 3 derivada de la madre se encuentra en los ovocitos en desarrollo y es activa en el cigoto.

Esta proteína se requiere para permitir que el desarrollo prosiga hasta la etapa de dos células, cuando comienza la transcripción de los genes embrionarios. El OCT-3 se expresa en todas las blastómeros hasta la etapa de mórula.

Genes homeóticos. Especifican la identidad de cada segmento; es decir, lo que se forma de cada segmento (de todos los segmentos no se forma lo mismo). Sus mutaciones provocan la transformación de una parte del cuerpo en otra.

Por ejemplo, en Drosophila los mutantes antp (antennapedia antena-pie) tienen patas en lugar de antenas.

Los genes homeóticos presentan una secuencia de 180 pares de bases muy conservada que se denomina caja homeo y que codifica un dominio de sesenta aminoácidos denominado dominio homeo. Este dominio contiene un motivo hélice-vuelta de unión del ADN. La caja homeo no es exclusiva de los genes de segmentación y en genes que codifican factores transcripcionales involucrados en procesos de diferenciación celular en diferentes organismos.

La caracterización molecular de los genes homeóticos ha permitido identificar su presencia en otros animales, incluido el humano, lo cual significa que han sido preservados a lo largo de la evolución. En vertebrados, los genes homeóticos se subdividen en dos familias:

1.     Los que forman complejos, llamados genes HOX o clase 1.

2.     Los que no forman complejos, o genes homeóticos divergentes.

 

En mamíferos se han identificado 39 genes HOX, organizados en cuatro grupos llamados HOX A, B, C y D. La alineación vertical de estos cuatro grupos permite definir los genes parálogos, que ocupan la misma posición en cada complejo, han evolucionado del mismo gen primordial, tienen una secuencia similar y a menudo presentan un patrón de expresión similar durante el desarrollo; es decir, durante el desarrollo del embrión se expresan en las mismas regiones y en los mismos momentos.

La conservación del orden físico de los genes homeóticos en los cromosomas durante cientos de millones de años hizo suponer a los científicos que puede estar relacionada con su función. Sin embargo, estudios recientes han mostrado evidencias de que este orden varía entre diferentes especies  de Drosophila y en algunas especies de gusanos (nemátodos) y de invertebrados marinos, y de que su dispersión no afecta su función. Por lo tanto, la alineación de estos genes en el genoma parece ser fruto de la historia evolutiva más que de una necesidad funcional.

En la subfamilia de genes homeóticos divergentes los genes no se encuentran agrupados en ningún complejo, más bien están dispersos en el genoma. Los genes dispersos generalmente poseen caja homeo algo divergente con respecto a la de los genes que se alinean en complejos. Algunos ejemplos de estos genes dispersos encontrados en mamíferos incluyen a Engrailed (EN), Distalless (DIX), POU, LIM, Paired (PAX) y muchos otros que sumados son muchos más que los que se encuentran en los complejos ya descritos.

 

La regulación de la expresión de todos estos genes ocurre a través de una cascada: los genes de efecto materno controlan la expresión de otros del mismo grupo y de los genes de segmentación; la acción conjunta de todo ellos modula la expresión de los genes homeóticos que controlan entonces la expresión de genes estructurales.

 

MOLÉCULAS SEÑALES QUE GUÍAN EL DESARROLLO

 

La diferenciación celular es un proceso complejo, regulado a múltiples niveles por las interacciones entre programas celulares intrínsecos, las interacciones célula- célula vecina y un gran número de moléculas señalizadotas solubles extracelulares, entre las que se encuentran hormonas, factores de crecimiento, citocinas, factores tróficos y también morfógenos.

En el proceso de diferenciación celular intervienen señales internas y externas:

1.     Señales internas: Sustancias que se encuentran a diferentes concentraciones del cigoto. Por consiguiente, desde las primeras fases de la segmentación las diferentes células heredan distintos determinantes citoplasmáticos que al parecer, gobiernan su desarrollo posterior.

2.     Señales externas: Mediante interacciones intercelulares directas y gradientes de sustancias difusibles, denominadas morfógenos, liberados por otras células.

 

 

Cada tejido de un organismo superior no se forma como respuesta a una señal específica de tejido sino que cada tejido es consecuencia de los efectos de una combinación particular de señales relativamente inespecíficas durante el desarrollo. Esto simplifica en gran medida la regulación del proceso.

 

 

Moléculas de activación

 

Se encuentran  entre las moléculas que actúan como señales extracelulares que guían el desarrollo. Muchas de ellas son de familia de los Factores de Crecimiento. Son producidas por células vecinas o distantes. En sus células diana, se unen a receptores transmembranales, activando así vías de transducción de señales que transmiten la información al núcleo. Como consecuencia se modifica la expresión de los genes cuyos productos están relacionados con el desarrollo:

1.     Factores de crecimiento. Forman numerosas familias; algunos actúan sobre diferentes tipos de genes y otros son bastante específicos. Poseen efectos sobre la locomoción, contractibilidad, la diferenciación y por supuesto sobre el crecimiento. Se comentarán algunas de estas familias:

a) Factor de crecimiento fibroblástico (FGF): Se conocen del FGF-1 al FGF-9 que cumplen numerosas funciones en la embriogénesis:

·   Angiogénesis o formación de nuevos vasos sanguíneos.

·  Formación del músculo esquelético.

·  Maduración pulmonar.

·  Transformación del mesodermo en angioblastos.

·  Hematopoyesis, en la formación de líneas específicas de células sanguíneas en el desarrollo del estroma de la médula ósea.

·  Estimulación de la proliferación de las células mesenquimatosas

·  Inducción de la elongación de las yemas de las extremidades.

·  Proliferación y supervivencia de ciertas neuronas.

 

b) Factor de crecimiento del endotelio vascular (VEGF): es una familia formada por varios miembros, cada uno con  funciones diferentes. Todos favorecen la formación de los vasos sanguíneos durante las primeras etapas del desarrollo (vasculogénesis). Algunos pueden intervenir en procesos patológicos como el cáncer.

c) Factor de crecimiento neural (NGF): Estimula el crecimiento de las neuronas sensoriales y simpáticas.

d) Factor de crecimiento epidérmico (EGF/TGF-a): el EGF tiene actividad sobre la mitosis de diversas células epiteliales y fibroblastos in Vitro, así como sobre la multiplicación de las células hepáticas in vivo. El TGF-a posee muchas zonas homólogas con el EGF y produce efectos biológicos semejantes.

e) Factor de crecimiento derivado de las Plaquetas (PDGF): Produce la migración y proliferación de fibroblastos de las células musculares lisas y posee propiedades pro inflamatorias.

f)   Factor de crecimiento transformante b (TGF-b): Esta familia consta de un gran número de moléculas producidas por alrededor de 30 genes, que desempeñan diferentes funciones durante la embriogénesis y la vida postnatal. El TGF-b1 es el más difundido en los mamíferos; se forma en las células endoteliales, los linfocitos, las plaquetas y los macrófagos. Pueden actuar sobre los genes HOX de la región anterior, como inhibidores o como estimuladores. Sus receptores son de membrana del tipo serín-treonín quinasa.

g) Factor neutrófico derivado de las neuronas del Mesencéfalo. La destrucción de estas células caracteriza la enfermedad del mal de Parkinson. Este factor puede prevenir la muerte de estas neuronas en el cerebro adulto.

 

2.     Proteínas y  Hedgehog y Wingless. Son producidas por genes de segmentación y desempeñan papeles cruciales en diversos centros de organización del embrión. Hasta el momento se han descrito en los mamíferos tres proteínas hedgehog:

·  Sonic hedgehog (producto de SHH).

·  India hedgehog (producto de IHH).

·  Desert hedgehog (producto de DHH).

 

 Después de unirse a moléculas receptoras de la célula diana, estas proteínas inducen la formación de nuevos productos génicos que conducen a nuevas vías de diferenciación. El SHH se expresa en las células de Sertoli del testículo y el IHH en el intestino y en los cartílagos, siendo muy importante en el crecimiento óseo. Esta familia de genes participa en la formación del eje derecho e izquierdo del cuerpo embrionario, del eje antero-posterior de las extremidades, e induce  la diferenciación regional del intestino.

3.     Moléculas de adhesión celular (CAM). Las CAM son glicoproteínas que se encuentran en la superficie de la mayoría de las células, median la adhesión célula a célula o la adhesión  de la célula con la matriz extracelular. Están involucradas en procesos biológicos de vital importancia como la embriogénesis, la reparación tisular, la diferenciación, el crecimiento, la comunicación y la migración celular.

 

Al ser receptores de membrana, estructuralmente tienen un dominio extracelular, un dominio transmembrana, y un dominio intracelular. Al unirse el ligando sufren un cambio conformacional en el dominio intracelular que conduce a cambios intracelulares en el citoesqueleto o en la composición química de la célula. Las CAM se agrupan en diferentes familias de las cuales las más conocidas son:

·  Integrinas: son glicoproteínas de membrana, heterodiméricas (con una cadena a y una b mediante interacciones heterofílicas célula-célula y célula-matriz extracelular. Su activación depende de su gran movilidad en la membrana celular para formar agrupamientos que facilitan su función adhesiva. Las integrinas interaccionan a nivel intracelular con proteínas del cito esqueleto para integrar la información del medio extracelular con la actividad de la célula, función de la cual se deriva su nombre.

·  Selectinas: El término “selectina” se originó del hecho que estas moléculas están selectivamente expresadas en células relacionadas con las vasculatura y que contienen un dominio lectina. Están relacionadas con la extravasación de leucocitos que intervienen en procesos inflamatorios.

·  Superfamilia de las inmunoglobulinas: Esta superfamilia, de más de cien miembros, comprende aquellas proteínas que tienen uno o más dominios extracelulares homólogos a las inmunoglobulinas. Pueden estar involucradas en el reconocimiento de antígenos, en la adhesión neuronal además están involucradas en la circulación y tráfico de los leucocitos a los órganos linfoides y a los sitios de daño tisular por medio de interacciones célula-célula.

·  Cadherinas: Son proteínas homodiméricas que median adhesiones intercelulares hemofílicas dependientes del calcio. Participan en la separación histogénica, la migración de las células y la diferenciación de los tejidos embrionarios, así como la formación de uniones entre células adyacentes, endotelio, trofoblasto, sistema nervioso, retina y mioblastos.

 

El exceso, defecto o ausencia de las CAM se relaciona con eventos anormales que están presentes en el desarrollo de algunas enfermedades.

4.     Morfógenos. En 1969, Lewis Wolpert, propuso el modelo de la información posicional, en el cual la posición  de las células dentro del campo de desarrollo, de acuerdo al sistema de coordenadas donde subyacen, es determinante para su futura especialización. En la forma típica de este modelo una señal posicional, los morfógenos, producida por una fuente localizada, genera un gradiente de concentración por difusión a través de las células blanco. El Ácido Retinoico (RA), la forma biológicamente activa de la vitamina A, es uno de los morfógenos más estudiados en la actualidad. Desempeña un papel central como molécula señalizadota en el desarrollo embrionario temprano y en la generación de diversos órganos y sistemas, incluyendo el Sistema Nervioso. Las acciones del RA están mediadas por dos tipos de receptores intracelulares, denominados RARs y RXRs, que pertenecen  a la superfamilia de los receptores nucleares de hormonas. Estos receptores nucleares funcionan como factores de transcripción regulados por su ligando que actúan modificando la actividad transcripcional de genes específicos.

Las proteínas Sonic hedgehog son también considerados morfógenos con participación en algunos procesos del desarrollo, por ejemplo de las extremidades.

 

FACTORES DE TRANSCRIPCIÓN

 

Una vez que las moléculas señales actúan sobre sus receptores en la célula diana, se activan vías de transducción intracelulares que hacen que se modifique la expresión de los genes cuyos productos están relacionados con el desarrollo. La acción sobre el material genético es llevada a cabo por proteínas que se denominan factores de transcripción (FT), que poseen dominios de unión al ADN, que actúan en las regiones de regulación de genes (promotores, potenciadotes, elementos de respuesta) específicos. Estas proteínas poseen además dominios que interactúan con al ARN polimerasa o con otros M.

De esta forma, los FT regulan la cantidad de proteínas que se sintetizan a partir de los genes. Algunos de ellos se encuentran en las células de todos los organismos, otros son específicos para cada célula y momento del desarrollo.

Son esenciales para la iniciación de los patrones de expresión genética que determinan el desarrollo. Ejemplos de FT:

-          Proteína básica hélice-asa-hélice: Tiene una configuración particular que es común a       varios de los FT que regulan la biogénesis.

-          Proteínas con dedos de zinc: Tienen estructuras digitiformes con átomos de zinc, que son motivos de unión al ADN.

-          Proteínas de homeodominio: Contienen un homeodominio conservado, como los productos de los genes homeóticos.

 

 5.2    MECANISMOS BÁSICOS DEL DESARROLLO

 

En los últimos años se han logrado notables progresos en la identificación y caracterización de señales específicas del desarrollo y sus receptores, además de las vías intracelulares de transducción de señales a través de las cuales estos receptores influyen sobre el desarrollo celular. Estudios genéticos y bioquímicos han demostrado la existencia de múltiples señales mediadas por las interacciones entre las células durante el desarrollo multicelular.

A menudo los invertebrados poseen sólo uno o unos pocos genes codificadores de una clase específica de moléculas señal. Debido a la duplicación genética y la posterior divergencia de las secuencias, los vertebrados expresan múltiples isoformas de muchas moléculas señal, a menudo estas isoformas se expresan en distintos tejidos o en diferentes estadios del desarrollo, actúan a través de distintos receptores y pueden tener consecuencias diversas.

Las señales extracelulares regulan procesos básicos del desarrollo como la proliferación, la diferenciación, la migración celular, la morfogénesis y la supervivencia de las células.

Un mismo factor puede influir sobre células distintas de formas diferentes, es decir la respuesta de las células a una señal específica depende del contexto. En un organismo multicelular en desarrollo cada célula se relaciona con sus células vecinas, por lo que es probable que detecte múltiples señales incluso de manera simultánea, y las integre. Aunque se conoce como las células detectan algunas señales aisladas, los mecanismos a través de los cuales las células integran dos  o más señales no están esclarecidos.

 

 INDUCCIÓN

 

La inducción es un proceso por el cual un tejido embrionario dirige o insita a las células de otro tejido que se diferencien, o sea, se transforme en un nuevo tipo celular, o a que mueran, a que adquieran motilidad, o cambien su ritmo de crecimiento. Por lo tanto el tejido inductor determina la identidad o el significado evolutivo de otro tejido. Durante la inducción se puede encontrar tres grupos celulares distintos:

·  Los inductores.

·  Los inducidos.

·  Otros que no inducen ni se dejan inducir.

 

La inducción de un grupo celular ocurre cuando este es competente, es decir debe tener la capacidad de reaccionar ante un cambio, ante la presencia del estimulo inductor. Esta influencia ocurre en un momento preciso, lo que también se llama periodo crítico en el desarrollo. En la competencia se manifiesta la acción inductiva de un tejido sobre otro, debido a receptores de membranas presentes en los tejidos inducidos.

  

La inducción puede ocurrir en forma de cadenas de inductores, un ejemplo lo constituye el desarrollo del ojo:

 

Notocorda       Ectodermo       Tubo neural        Vesícula óptica        Ectodermo superficial      Cristalino       Más la propia vesícula óptica       Mesodermo      Coroides    Esclerótica

  

Dado que el destino de las células no parece ser fijado en la etapa de fecundación, cabe preguntarse qué factores regulan la determinación última de células y tejidos. Este problema fue estudiado por Spemann, al utilizar experimentos de injertos entre embriones de anfibios. Al extraer un fragmento de ectodermo en el periodo incipiente de gástrula (del cual se sabía que en circunstancias normales se convierte en tejido de la placa neural) y transportarlo al lado ventral de otra gástrula de la misma edad, el ectodermo injertado no formó tejido nervioso sino se convirtió en piel. Se dedujo  que el destino del ectodermo injertado no estaba regido antes del transplante, sino dependió del nuevo medio. Al efectuar experimentos semejantes en dos piezas en período tardío de gástrula, el ectodermo transplantado en lado ventral formó tejido nervioso; esto es: el que hubiera elaborado al quedar en su posición original. En consecuencia, el destino del ectodermo fue regido en alguna etapa entre los períodos temprano y tardío de gástrula y, después, las células habían perdido la capacidad para desarrollarse en otra dirección.

Con el propósito de investigar que tejidos podrían ser los que regían al ectodermo, Spermann y Mangold transplantaron un fragmento del labio del blastoporo de un anfibio en periodo incipiente de gástrula y lo colocaron debajo del ectodermo ventral de un embrión semejante. El ectodermo en la porción ventral del huésped se convirtió en surco neural, y ulteriormente, en tubo neural.

El fragmento de labio de blastoporo (que en circunstancias normales hubiera formado el complejo notocorda-mesodermo) al parecer había influido en el ectodermo suprayacente de manera que las células se diferenciaron para convertirse en tejido nervioso. De aquí se dedujo que el tejido  del labio de blastoporo funciona como organizador primario o inductor primario, y rige la diferenciación del ectodermo de la superficie en la placa neural.

Con el desarrollo ulterior del sistema nervioso surgen nuevas estructuras, las cuales, a su vez, actúan como inductores del ectodermo adyacente. En este aspecto, ser tienen más datos acerca del papel de la vesícula óptica; aparece en forma de evaginación en cada lado del cerebro anterior, y en etapa inicial está separada del ectodermo suprayacente por algo de mesénquima laxo, al desaparecer el mesènquima, la vesícula óptica se pone en contacto directo e íntimo con el ectodermo de la superficie, el cual experimenta engrosamiento y origina el cristalino. Si el ectodermo que normalmente se convierte en cristalino, se extirpa antes  de ponerse en contacto con la vesícula óptica y se sustituye por un fragmento de ectodermo de otro sitio de un embrión de la misma edad, el ectodermo injertado formará cristalino bajo la influencia de la vesícula óptica.

Cuando la vesícula óptica se injerta debajo del ectodermo en otro sitio del embrión, el ectodermo formará cristalino por la acción de la vesícula óptica transplantada. En consecuencia, la vesícula óptica funciona como activador o inductor y el ectodermo es tejido que reacciona. Cuando se ha formado el cristalino, comienza, a su vez, a actuar como inductor y hace que el ectodermo suprayacente forme la córnea.

El mecanismo de inducción ha sido ampliamente discutido. Se describe dos mecanismos: uno a corta distancia y otro a larga distancia. En el primer caso los tejidos son vecinos y pueden estar en contacto directo o no. Proteínas sintetizadas en el tejido inductor se difundirán hacia las cercanías. Las sustancias inductoras se pueden comportar como morfógenos ya que fluyen por las células del tejido inducido penetrando por las uniones en hendiduras de las membranas celulares. Dependiendo de su posición en dicho tejido en el citoplasma celular resultará concentraciones de morfógenos particulares para cada célula lo que determina su valor posicional celular en algunos textos conocidos como destinos prospectivos.

Las inducciones pueden ser de 2 tipos:

·       Instructivas: La sustancia inductora actúa sobre un tejido directamente y lo hace cambiar.

·       Permisivas: La acción ocurre indirectamente sobre varios tejidos a la vez, se concretan diferenciaciones que hayan sido determinadas.

 La inducción promueve en las células inducidas la síntesis de proteínas particulares que determinan su diferenciación. Lo logran mediante el control de los procesos involucrados en dicha síntesis, regulando la transcripción de los genes, con el procesamiento de los ARN mensajeros, la salida de estos del núcleo o su introducción al citoplasma.

Existen dos familias claves de moléculas señal: las proteínas TGFB y Hedgehog, que modelan los embriones a través de interacciones celulares. En algunos contextos evolutivos estas células tienen acción local de inducción sobre las células vecinas, en otros contextos actúan como agentes morfogénicos en la inducción de distintos destinos celulares según sus concentraciones.

Ejemplo: Hedgehog (Hh) controla el desarrollo de cuatro tipos celulares en el tubo neural ventral del pollo. Estas células se encuentran a lo largo del eje dorsoventral, en el siguiente orden: en dirección dorsal a ventral: células de la placa de piso, motoneuronas V2 e interneuronas V1. Durante el desarrollo en principio se expresan niveles elevados de Hh en la notocorda, una estructura mesodérmica que está en contacto directo con la región más ventral del tubo neural, ante la inducción, las células de la placa del piso también expresan Hh y dan lugar a la formación de un centro de señales Hh en la región más ventral del tubo neural. Los anticuerpos contra la proteína hh bloquean la formación de las distintas células ventrales del tubo neural del pollo, esta células no se forman en ratones homocigóticos para mutaciones del gen sonic Hedgehog.

Para conocer si las diferentes células ventrales del tubo neural son inducidas por distintas concentraciones de Hh, o si ésta induce señales secundarias más dorsales que, a su vez, inducen diversos tipos celulares, se agregaron distintas concentraciones de Hh a explantes de tubo neural de pollo, en ausencia  de Hh no se formaron células ventrales. En presencia de concentraciones muy elevadas de Hh se formaron células de la placa de piso, mientras que con concentraciones algo menores de Hh se formaron moto neuronas. Cuando se disminuyó la concentración a la mitad de ese valor, solo se formaron neuronas V2, y por último con la mitad de esa concentración de Hh, solo se formaron V1. Estos resultados sugieren que en el tubo neural en desarrollo se forman distintos tipos celulares en respuesta a un gradiente de Hh ventral dorsal.

 Interacciones epitelio mesènquima durante el desarrollo del riñón

 Un epitelio es una lámina continua de células polarizadas, cuyas regiones apicales y basales están separadas por uniones estrechas, en contraste el mesènquima comprende de células no polarizadas organizadas en forma laxa. Las células epiteliales de los distintos órganos derivan de una de las tres hojas germinativas: ectodermo, mesodermo o endodermo. El mesènquima deriva del mesodermo o del ectodermo (crestas neurales). La formación de los órganos internos por ejemplo riñón, intestino, páncreas o pulmón está regulada por interacciones entre las células epiteliales y mesenquimáticas, estas interacciones entre el epitelio y el mesènquima se caracterizan por la participación de un conjunto de procesos inductivos recíprocos.

Tomando como ejemplo el desarrollo del riñón existen varios experimentos que han demostrado la inducción recíproca entre el epitelio y el mesènquima. Por ejemplo si se extrae el riñón en desarrollo de un ratón de 11-12 días y se cultiva, el brote uretral continua su crecimiento y ramificación, sin embargo, la ramificación cesa cuando el mesènquima se separa del epitelio mediante tratamiento suave con tripsina, el agregado de mesènquima renal al cultivo tratado con tripsina restablece los procesos de ramificación y diferenciación. Otros experimentos, in Vitro demostraron que es necesario el epitelio para la conversión del mesènquima en túbulos.

 MUERTE CELULAR Y SU REGULACIÓN

 Existen diversas moléculas señal extracelulares y sus vías de señales intracelulares que desempeñan un papel en la regulación de la división celular, la formación de modelos, la diferenciación, la morfogénesis, la motilidad, y existen también vías de señales que regulan la supervivencia celular. La muerte celular programada, un mecanismo central que controla el desarrollo multicelular, conduce a la eliminación de estructuras completas (ej. La cola  de los embriones humanos en desarrollo), el esculpido de tejidos específicos mediante la ablación de campos celulares (ej. El tejido entre los dedos en desarrollo) y la regulación de la cantidad de neuronas del sistema nervioso. Por ejemplo, en el sistema nervioso de los mamíferos de la mayoría de las células generadas durante el desarrollo también muere durante el proceso.

Las interacciones celulares regulan la muerte celular de dos maneras fundamentales diferentes. La mayoría de las células de los organismos multicelulares, si no todas, requieren señales para permanecer vivas. En ausencia de estas señales de supervivencia, a menudo denominadas factores tróficos, las células activan un programa “suicida”. En algunos contextos evolutivos, entre ellos el sistema inmunitario, señales específicas inducen un programa “asesino” que mata  a las células, estudios recientes sugieren que su muerte es mediada por una vía molecular común.

La muerte celular programada se caracteriza por una secuencia bien definida de cambios morfológicos, denominados en conjunto apoptosis, palabra griega que significa “caída”, como las hojas de los árboles. Las células que mueren por este mecanismo disminuyen de tamaño, se condensan y luego se fragmentan para liberar pequeños cuerpos apoptópicos, limitados por membrana que luego son fagocitados por otras células, los constituyentes intracelulares no se liberan al medio extracelular donde pudieran ejercer efectos dañinos sobre células vecinas. Estos cambios que ocurren siempre hicieron pensar que este tipo de muerte celular está bajo el control de un estricto programa genético.

En contraste con este tipo de muerte, las células que mueren en respuesta a daño tisular exhiben cambios morfológicos muy diferentes: aumentan de tamaño y explotan, con liberación del contenido  intracelular, por lo que pueden dañar las células circundantes y a menudo causan inflamación, este proceso se denomina necrosis.

A  partir de los estudios genéticos en C. elegans se obtuvieron detalles clave sobre los mecanismos moleculares reguladores de la muerte celular. De las 1090 células generadas durante el desarrollo, 131 mueren de forma programada. Mediante mutaciones específicas se han identificado numerosos genes que codifican proteínas con papeles esenciales en el  control del proceso. Por ejemplo en vermes portadores de mutaciones de los genes ced-3 o ced-4 no sobreviene muerte programada y sobreviven las 1090 células. Estos estudios sugieren que se requieren las proteínas CED-3 y CED-4 para la muerte celular y que CED-9 suprime la apoptosis, y que en todas las células se puede activar la vía apoptópica.

 Además la observación de que no se produce la muerte celular en los dobles mutantes ced-9/ced-3 sugiere que CED-9 actúa corriente arriba  respecto a CED-3 para suprimir la vía apoptótica.

La confluencia de estudios en C. elegans y en células cancerosas humanas sugirió por primera vez que en la apoptosis interviene una vía conservada durante la evolución, el primer gen apoptótico clonado,  bcl-2 se aisló en células  de linfomas foliculares humanos y se demostró que actúa como agente oncogénico que estimula la supervivencia celular más que la proliferación celular.

Las proteínas BCL-2 y CED-9 son homólogas, pero además un transgen bcl-2 puede bloquear la extensa muerte celular que se observa en vermes mutantes ced-9. En consecuencia ambas proteínas actúan como reguladores que suprimen la vía apoptópica, los dos contienen un único dominio transmembrana se localizan sobre las membranas externas de las mitocondrias, el núcleo y el retículo endoplásmico.

Las moléculas efectoras de la vía apoptótica son una familia de enzimas denominadas caspasas, por ser cisteína proteasas que escinden de forma selectiva las proteínas en los sitios inmediatos a restos de aspartato, en dirección C terminal. Estas proteínas tienen objetivos intracelulares específicos, por ejemplo las proteínas de la lámina nuclear y del cito esqueleto. La escisión de estos sustratos conduce a la muerte de la célula. La activación de las caspasas es una característica común en la mayoría  de los programas muerte celular, si no en todos.

Si bien Ced-9 y Bel-12 suprimen la vía de la muerte celular, otras proteínas reguladoras actúan a favor de la apoptosis. El primer regulados proapoptósico identificado, denominado Bax, se encontró asociado a Bel-2 en extractos de células que expresan niveles elevados de Bel-2. La secuencia de Bax se relaciona con la secuencia de CED-9 y de Bel-2, pero la expresión excesiva de Bax induce la muerte celular en vez de proteger a las células de la apoptosis, como ocurre con CED-9 y Bel-2. Se puede deducir que esta familia de proteínas reguladoras comprende miembros antiapoptósicos (ej. CED-9 y Bel-2) y proapoptósicos (ej. Bax). Todos los miembros de esta familia, denominada familia Bel-2, son proteínas transmembrana de paso único y pueden participar en interacciones oligoméricas. El destino de una célula (supervivencia o muerte) puede reflejar el espectro particular de los miembros de la familia Bel-2 presentes en la célula y las vías de señales intracelulares que los regulan.

Estudios recientes avalan el hecho de que los miembros de la familia Bel-2 pueden influir  en la distribución subcelular de citocromo C y los estudios bioquímicos han involucrado al citocromo C en la activación  de las caspasas.

En las células sana a normales el citocromo C se localiza entre las membranas mitocondriales interna y externa, pero en las células sometidas a apoptosis se libera l citosol, esta liberación se puede bloquear a  través de la expresión excesiva de Bel-2, mientras que la expresión excesiva de Bax favorece la liberación de citocromo C al citosol y la apoptosis. En el citosol, la fijación del citocromo C a la proteína adaptadora Apaf-1 (CED-4 en mamíferos) estimula la activación de la cascada de caspasas.

Experimentos con genes mutados han confirmado la importancia de los miembros de la familia Bel-2 proapóticos y antiapoptóticos en le desarrollo neuronal. Los ratones sin el gen Bel-xl, que codifica otra proteína antiapoptótica, presentan defectos masivos en el desarrollo del sistema nervioso, con extensa muerte celular en la médula espinal, el ganglio de la raíz dorsal y el encéfalo de embriones en desarrollo, mientras que ratones sin el gen Bax exhiben un incremento marcado de neuronas en algunas regiones  del sistema nervioso.

Otro mecanismo mediante el cual puede inhibirse la apoptosis es inducir la inactivación de un regulador proapoptótico.

Las interacciones directas entre las proteínas  proapotósicas y antiapoptósicas inducen la muerte celular en ausencia de factores tróficos. La fijación de los factores tróficos extracelulares puede causar la modulación de estas interacciones a través de la fosforilación u otras modificaciones postraduccionales con la consecuente supervivencia de la célula.

 CRECIMIENTO

 El crecimiento de una estructura, de un órgano o de un sistema biológico consiste en un aumento de las dimensiones espaciales, que conlleva un incremento del peso. Puede resultar de:

El crecimiento de una estructura, de un órgano o de un sistema biológico consiste en un aumento de las dimensiones espaciales, que conlleva un incremento del peso. Puede resultar de:

1.     Proliferación celular.

2.     Aumento de la cantidad de sustancia intercelular.

3.     Aumento del tamaño de las células.

Estos factores no deben considerarse como mecanismos independientes, sino como componentes de un proceso, ya que el crecimiento siempre es el resultado de varias combinaciones de dichos factores y la proporción en que interviene cada uno de ellos varía de una estructura a otra y de un momento a otro. Por ejemplo: el crecimiento del tubo neural en los primeros estadios de su desarrollo depende principalmente de la proliferación celular, mientras que en estadios más avanzados es resultado del aumento del tamaño de las células, y el incremento de la sustancia intercelular hace un aporte muy pequeño al crecimiento del sistema nervioso. Los tejidos conectivos, incluyendo el hueso y el cartílago, por el contrario, crecen fundamentalmente por acumulación de sustancias intercelulares.

Los tres tipos de factores antes mencionados representan diferentes aspectos de la actividad celular y por lo tanto son controlados genéticamente.

El incremento del tamaño de las células depende de la acumulación de matriz citoplasmática, organelos e inclusiones, y la síntesis de los mismos es controlada genéticamente de igual manera la síntesis de la sustancia intercelular siempre es resultado de la síntesis de sustancia intercelular siempre es resultado de la síntesis y la secreción celular.

 Proliferación celular

 El ingreso de las células  en el ciclo celular desde su estado de reposo y su progresión a lo largo del mismo son procesos controlados con precisión, esto asegura el control de la proliferación celular y de la coordinación de la síntesis de ADN, con el incremento del tamaño celular y la citocinesis. Una vez que la célula progresa más allá de un punto determinado en la fase G1 tardía, denominado punto de restricción, se compromete de forma irreversible al ingreso a la fase S y a la replicación del ADN. Las ciclinas, las quinasas dependientes de ciclinas y la proteína Rb son algunos de los elementos de control que regulan el paso por el punto de restricción. La capacidad de estas proteínas para controlar la progresión en el ciclo celular y mantener las células en reposo, o incluso hacer que se suiciden, a menos que las condiciones sean adecuadas, significa que pueden impedir que las células se transformen en cancerosas, en otro caso, la regulación alterada de la expresión de una ciclina, por lo menos, al igual que la mutación de varias proteínas de regulación negativa sobre el paso por el punto de restricción pueden ser oncogénicas.

 DIFERENCIACIÓN CELULAR

 La formación de las diferentes clases de células se debe a un proceso biológico que lleva como nombre diferenciación. Este proceso define la adquisición por parte de las células de características singulares acorde con las funciones que asumirán y que además las distingue del resto.

La diferenciación puede definirse como el conjunto de cambios de la expresión génica que comienza en las células primitivas y que resulta en la adquisición  de un nuevo patrón proteico que se traduce en una estructura  y función específicas que las hace cualitativamente diferentes a las células antecesoras.

Las células del embrión precoz son células primitivas cuyo título de proteínas consisten en proteínas generales indispensables para la vida de cualquier célula y proteínas específicas de su fenotipo. En la medida que transcurre el desarrollo, ese título proteico, debido a la acción del medio intra y extra celular sobre los genes, comienza a cambiar, desaparecen algunas proteínas específicas y aparecen otras. Estas circunstancias confieren nuevas propiedades a las células, aunque no se puede hablar de diferenciación.

Un evento temprano en la diferenciación es la determinación. Estos ocurre cuando la célula ha tenido un cambio interno y heredable, que la distingue a ella y a su progenie, de otra células que la comprometen a una o poca vías de diferenciación. Es un proceso irreversible y la célula pierde su potencialidad.

Se considera el evento inicial de la diferenciación, la cual puede entenderse como un salto cualitativo en el programa genético que determina el nuevo patrón proteico que adquirirá la célula y le conferirá nuevas características estructurales y funcionales. Una de las conclusiones clave de la embriología experimental ha sido que, gracias a la memoria celular, de una célula puede quedar determinada mucho antes de que muestre de forma obvia cualquier signo evidente de diferenciación.

La diferenciación estable y perpetua de las células nos obliga  a definir otro concepto: el de la memoria celular, por esta última las células diferenciadas no pueden convertirse en otros tipos celulares bajo ninguna condición, ni aún cuando son sometidas a las más complejas manipulaciones, por lo menos con los recursos de experimentación actuales. Todavía más, los estados de diferenciación pasan a células hijas, haciéndolo de generación en generación hasta el último de los descendientes. Surge de lo expuesto que las células guardan memoria de lo que son, y que esa memoria – si las células se dividen – es heredada por las células que las suceden.

La memoria celular se cimenta en las mismas causas que controlan la expresión genética, participando los factores de transcripción, la metilación del ADN, la posición de las histonas de cromatina y el enrollamiento de esta última. Estas causas se sostienen a lo largo de la vida de las células mediante procesos biológicos no muy bien estudiados aunque seguramente relacionados con ciertos elementos presentes en el citoplasma, específicos de cada tipo celular. Esta presunción se halla avalada por el siguiente experimento: cuando el núcleo de una célula diferenciada se transplanta al citoplasma enucleado de otra célula – por ejemplo: célula huevo - , dejan de expresarse los genes que estaban activos en la primera y se expresan los que lo hacían en la segunda.

Por su parte, la herencia de la memoria celular tiene lugar debido a que, al tiempo que se produce la replicación del ADN previa a la mitosis, los elementos que controlan la expresión génica – más que mantenerse – se duplican, de modo que en las células hijas aparecerán los mismos factores de transcripción, los mismos patrones de metilación del ADN y los mismos modelos de condensación de la cromatina que existen en las células progenitoras.

Aun cuando virtualmente posean los mismos genes, las células se diferencian unas de otras por la peculiaridad de las proteínas – estructurales y enzimáticas – presentes en sus citoplasmas.

Según la calidad, proporción y distribución citoplasmática las proteínas estructurales por sí solas determinan las características morfológicas y funcionales que distinguen a u tipo celular. Un ejemplo en tal sentido lo ofrece la combinación de proteínas que participan en la contractibilidad de las células musculares. En cambio, las consecuencias morfo funcionales de las proteínas enzimáticas suelen ser directas, ya que ellas posibilitan la síntesis de otras sustancias – a menudo no proteicas – cuya presencia es la que permite caracterizar a la célula como perteneciente a un determinado linaje. Tal es el caso, por ejemplo, de las células adiposas, en cuyo citoplasma se acumulan lípidos sintetizados con el concurso de varias enzimas específicas de esas células.

Deben recordarse que la síntesis de proteínas se realiza merced a la coparticipación de elementos nucleares y citoplasmáticos, correspondiéndole a los genes

la función de codificarlas. Debido a que todas  las células del organismo provienen de la célula huevo, y no hay pérdida de genes a medida que se produce la diferenciación, en sus núcleos existe el mismo patrimonio genético. Por lo tanto, cada una de ellas -  cualquiera sea su tipo – posee la infamación necesaria para sintetizar todas las proteínas que en conjunto producen las células del organismo. Si ello aconteciera no existiría diferenciación, que es a la vez causa y efecto de la especialización que alcanza cada tipo celular al sintetizar una fórmula proteica y no otra.

Sobre la base de lo antes dicho puede deducirse que, a medida que avanza el desarrollo, los mecanismos reguladores de las diferenciaciones celulares logran sus objetivos a través de control de la síntesis proteica, haciendo que en cada tipo celular se expresen solo los genes responsables de la elaboración del conjunto de proteínas que lo caracterizan. En otras palabras, en el curso del desarrollo las células sintetizan sus proteínas particulares – y en consecuencia incursionan en sus correspondientes líneas evolutivas (diferenciación) – debido a que se activan e inactivan en forma gradual y sucesiva, los genes encargados de codificarlas.

Cambios que ocurren en la diferenciación celular:

1.   Cambios en la forma celular: Las células embrionarias poseen generalmente forma esférica con aplanamiento en las regiones de contacto. En el adulto hay una alta variedad de formas. Incluyen a menudo reordenamiento de algunos orgánulos e inclusiones. Se considera que los microtúbulos y los micro filamentos juegan un papel esencial en estos cambios de fondos.

2.   Cambios en los organitos y pigmentos: El número varía con la diferenciación. La estructura del núcleo cambia; ej. Hematíes, espermatozoides. El nucléolo varía en número y tamaño al igual que las mitocondrias. El aparato de Golgi muestra los cambios más notables en células secretoras y la estructura de las membranas se forman el retículo endoplásmico rugoso, mientras que el retículo endoplásmico liso se desarrolla en células que secretan esteroides, o que participan en el metabolismo de drogas u otras sustancias. Se han reportado cambios en la organización de los polirribosomas.

3.   Cambios en la conducta celular: Comprende la capacidad de responder a estímulos del medio ambiente, los movimientos celulares y las interacciones. Las células primitivas tienen mayor movilidad que las adultas. Las interacciones varían de acuerdo con la variación de la superioridad celular. Ej.: capacidad fagocítica, escretora, de absorción,  u otra.

4.   Cambios en el metabolismo celular: Comprende básicamente  las vías anabólicas y catabólicas comunes a todas las células. En la medida que avanza la diferenciación en cada tejido van apareciendo las enzimas que catalizan las reacciones específicas de su fenotipo. La diferenciación está estrechamente ligada a la regulación de la actividad enzimática, que se realiza de las siguientes maneras:

 

a)     Sobre las enzimas ya presentes:

·       Alosterismos.

·       Proteo lisis limitada.

·       Modificación covalente reversible.

b)     Sobre la concentración enzimática:

·       Control transcripcional.

·       Procesamiento y transporte del ARNm.

·       Control traduccional.

El nivel de regulación más importante es el transcripcional.

5.     Cambios en la membrana y superficie celular: Se detectan cambios en las proteínas de membranas de la superficie celular, en la composición lipídica y en los glicoproteínas específicas en la membrana. Aparecen y desaparecen diferentes marcadores de superficie. Con el  moho Dictostelium descoideum, se ha usado como modelo en el estudio de los cambios de composición lipídica que ocurren en la diferenciación celular: durante su diferenciación aumentan algunos fosfolípidos y otros disminuyen. En general la fluidez de la membrana disminuye con la diferenciación, probablemente como resultado de un aumento en la razón colesterol/fosfolípidos, y del grado de saturación de los ácidos.

MIGRACIÓN CELULAR

 

La migración celular puede definirse como el desplazamiento de  determinados grupos celulares, que siguen rutas específicas durante su trayectoria y que su ubicación final depende de múltiples factores.

Existen factores relacionados con el inicio de la migración, con las rutas de migración y con el cese de la migración.

Relacionados con el inicio de la migración: Existen factores que se comportan como barreras para la migración, como por ejemplo la presencia de la membrana basal de los epitelios, uniones intercelulares fuertes que mantienen a las células unidas entre sí.  En estas condiciones las células no pueden comenzar a migrar.

Relacionados con las rutas y el cese de migración: Existen múltiples factores que determinan las rutas por donde las células migran y cuando cesa la misma, por ejemplo características mecánicas de la matriz extracelular, los gradientes de concentración de sustancias químicas (Quimiotaxis), gradientes eléctricos (Galvanotaxis), relaciones que se establecen con  células que se encuentran en la ruta de migración, y otros.

     Los precursores de las fibras musculares, o mioblastos, que migran desde los somitas, ya están determinados pero aún no están diferenciados. En los tejidos que colonizan, se mezclarán con otras clases de células de las que parecen imposibles de distinguir, sin embargo, mantienen la expresión de proteínas reguladoras génicas específicas de mioblasto (ej. Los miembros de la familia MyoD) el momento adecuado de la diferenciación, sólo esas se convertirán en células musculares.

El patrón final de la musculatura se determina por las rutas que siguen las células migratorias y la selección de los sitios         que colonizan. Los tejidos conjuntivos embrionarios forman la trama por la que viajan los mioblastos y proporcionan las señales que guían su distribución. Independientemente del somita del cual se originaron, los mioblastos que migran a una yema de una extremidad anterior formarán el patrón muscular propio de extremidad anterior, y los que  migran a una yema de una yema de una extremidad posterior formarán el patrón apropiado de la extremidad posterior.

Otras clases de células migratorias tienen otras rutas de migración, por ejemplo las células de las cresta neural, que darán lugar a casi todas las neuronas y células gliales del sistema nervioso periférico, a las células pigmentarias de la piel y a muchos tejidos conjuntivos de la cabeza, como los huesos del cráneo y la cara. Otras células migratorias de importancia son las precursoras de las células sanguíneas, de las células germinales, y de otros muchos grupos de neuronas del sistema nervioso central, así como las células endoteliales que forman los vasos sanguíneos. Estas clases de células viajeras colonizarán diferentes grupos de lugares, como consecuencia muchos tejidos de vertebrados son una mezcla de células de diferentes caracteres que derivan de partes del embrión muy distantes.

A medida que cada una de las células migratorias viaja a través de los tejidos embrionarios va extendiendo, repetidamente, proyecciones mediante las cuales va “probando” su entorno inmediato, detectando las sutiles indicaciones para las cuales es sensible, en virtud de la presencia de proteínas receptoras de superficie específicas, en el interior celular, estas proteínas receptoras están conectadas al cito esqueleto, el cual hace que la célula avance. Algunas  sustancias de la matriz extracelular, como la fibronectina, proporcionan lugares de adhesión  que ayudan a  la célula a avanzar, otras por el contrario, como el proteoglicano de condroitìn sulfato, inhiben la locomoción y repelen la migración. Por el camino las células pueden exponer superficies atractivas o repelentes, o incluso pueden extender sus filo podios y contactar con las células migratorias y afecta su comportamiento. Un incesante tira y afloja entre anclajes tentativos opuestos por las células migratorias conduce un desplazamiento neto en la dirección más favorable hasta que la célula encuentra el sitio definitivo donde cesa la migración. El quimiotactismo y las interacciones entre las células migratorias pueden ayudar a guiarlas.

 La distribución final de las células migratorias no sólo depende de la ruta que ha tomado sino, de si han sobrevivido por el camino y han prosperado en su entorno definitivo. Cada lugar específico proporciona los factores de supervivencia necesarios para las células migratorias determinadas. Por ejemplo, las células de la cresta neural que darán lugar a las células pigmentarias de la piel y  a las células nerviosas del intestino dependen de un factor peptídico denominado Endotelina-3 segregado por los tejidos de la ruta de migración. Ratones mutantes; humanos que carecen del gen para ese factor o para su receptor presentan zonas albinas de  piel no pigmentada y potencialmente malformaciones intestinales letales resultantes de la carencia de inervación (una afección llamada megacolon).

 

5.3  GAMETO GÉNESIS Y FECUNDACIÓN

La gameto génesis es el proceso por el cual se forman los gametos en las gónadas masculinas y femeninas, testículos y ovarios respectivamente. Durante este proceso ocurren cambios morfológicos y cromosómicos que están regulados en el interior de las gónadas en desarrollo. Las gónadas durante la órgano génesis se diferencian de acuerdo al sexo cromosómico en condiciones normales, proceso conocido como diferenciación sexual.

 

Ovogénesis

 

Las células sexuales femeninas se originan de las Células Germinativas Primordiales (CGP), que son producidas por el Epiblasto en la 2da. Semana del desarrollo. En las 3ra. Semana se mueven a la pared del saco vitelino, en la 4ta. Semana comienzan la migración hacia las gónadas y en la 5ta. Semana llegan a las gónadas donde se forman las células sexuales femeninas u ovocitos. La gónada femenina es el ovario y el proceso de formación de las células sexuales femeninas u ovocitos recibe el nombre de Ovogénesis.

En el ovario las CGP se diferencian en Ovogonias, las cuales tienen sucesivas divisiones mitóticas (Fase de proliferación). Hacia el final del tercer mes, las ovogonias se organizan en grupos rodeados por una capa de células epiteliales planas originadas del epitelio superficial que recubre al ovario. La mayoría de las ovogonias continúan dividiéndose pero algunas de ellas se diferencian en Ovocitos primarios, que tienen un mayor tamaño (Fase de crecimiento) que inmediatamente comienzan la profase de la primera división meiótica, luego de la duplicación del ADN (Fase de maduración).

Hacia el 5to. Mes del desarrollo prenatal las CGP alcanzan el número máximo, alrededor de 7 000 000. En este momento comienza la muerte celular de las CGP, de ovogonias y ovocitos primarios. Sólo persisten las ovogonias próximas a la superficie y ovocitos primarios que han quedado rodeados de una capa de las células epiteliales planas, denominándose Folículos primordiales.